Hoy veo de lejos risas, rubor en unas mejillas tan fáciles de pintar, en un rostro, cautivador como la lluvia. Triste, tan ajeno a mi mundo...como el mundo y tan mío como mis sueños, hay mentiras, mentiras personales, como sombras, hay reinas detrás de locuras, que sé que se diluyen a las espaldas del sol, que se pierden sin ser vistas, y mueren en un ocaso frío, gélido, o caído, como los ojos de su creador, hay tierras azules para dioses paganos, y nubes grises para soñadores falaces. Y está el mundo a disposición del esclavo, ese mundo tan de nadie, porque todos lo aborrecen, contaminados con adioses silenciosos y dolores cautivos. Un amor sin palabras, si, un amor como los hay miles, sencillos como el viento, e imaginativamente patéticos y que también; y que a pesar, son parte del mundo, como los ojos ausentes, como las tardes adormecidas, como los abriles callados y aburridos, donde van pariendo sueños, y sólo por eso vale la pena esperar otro abril de esos y si, también son parte del mundo, aquel mundo de manos frías, donde hay quienes cargan, donde hay quienes sueñan, y los arrastran sobre rocas, quizás hay quienes vean todo a través de la distancia de una imagen impropia y, si y que también; y que a pesar, son parte del mundo...
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