sábado, 13 de junio de 2009

La Historia de una Imagen impropia

Hoy veo de lejos risas, rubor en unas mejillas tan fáciles de pintar, en un rostro, cautivador como la lluvia. Triste, tan ajeno a mi mundo...como el mundo y tan mío como mis sueños, hay mentiras, mentiras personales, como sombras, hay reinas detrás de locuras, que sé que se diluyen a las espaldas del sol, que se pierden sin ser vistas, y mueren en un ocaso frío, gélido, o caído, como los ojos de su creador, hay tierras azules para dioses paganos, y nubes grises para soñadores falaces. Y está el mundo a disposición del esclavo, ese mundo tan de nadie, porque todos lo aborrecen, contaminados con adioses silenciosos y dolores cautivos. Un amor sin palabras, si, un amor como los hay miles, sencillos como el viento, e imaginativamente patéticos y que también; y que a pesar, son parte del mundo, como los ojos ausentes, como las tardes adormecidas, como los abriles callados y aburridos, donde van pariendo sueños, y sólo por eso vale la pena esperar otro abril de esos y si, también son parte del mundo, aquel mundo de manos frías, donde hay quienes cargan, donde hay quienes sueñan, y los arrastran sobre rocas, quizás hay quienes vean todo a través de la distancia de una imagen impropia y, si y que también; y que a pesar, son parte del mundo...

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