Pasa el tiempo, a un compás distinto, lo noto, lo se... Sus ojos siguen persiguiendo aquella antigua forma de mirar, esa que hace tanto tiempo se ha ausentado de ella, a un rincón de su piel, sus drogas y de la forma de su realidad.

A veces era mejor no saberlo todo, ha pasado tanto tiempo para darme cuenta de algo tan obvio, pero no hay lugar a la tristeza para tantas cosas, solo hay espacio para una sensación de vaivén, y de recuerdo, solo hay espacio para un poco de ti, de tu ayer, y de mi.
Se va entibiando tu piel, pero tu calor sigue sin ser el mismo, hace mucho que no lo es, pero ambos jugamos a ser iguales, es solo una forma de intentar volver a verte entre tus resquicios de mujer, y entre los fragmentos de ayer.
Hay tantas cosas por las que preguntarse, pero supongo que tengo miedo, no por mi, sino por la sensacion de ti.
Esta noche quiero quedarme a un costado de lo que fuiste, nunca es muy tarde...Pero siempre vuelve la vida, con sus llantos a medias, su mundo fragmentado, gritos, llantos, con espacio a penas para un silencio, que de lejos es solo un aplazamiento de lo infinito y de lo inevitable.
Se te suaviza la piel, se te endurece el corazón, y solo no queda creer que es correcta nuestra manera de morir...
Queda pocas cosas que decir a estas alturas, quizas, entonces sea mejor pretender que sabemos lo suficiente ya como para no extrañarnos.
Pero la verdad es que poco a poco te voy extrañando más, sobre todo cuando entiendo que no tengo derecho de hacerlo, o peor aún una razon, y es que tú sigues aqui, de madrugada y para siempre...
Pero lo gracioso es que ya nadie se deja engañar... No importa siempre que tengamos a donde regresar, siempre que tengamos una tarde como ayer, donde sin ser los mismos, somos entre ambos lo que debemos ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario