jueves, 14 de enero de 2010

Mi ultimo cafe...


Y la veo destellar desde la última esquina de mi existencia,
Y con el fresco sabor a nada en la boca llena de café,
La garúa cae allá afuera, la veo caer, y a ella pasar
Solo fue una vez, pero cuando me vio que la veía, de casualidad,
Supe que nunca se iría a ningún lado, entonces me la imagine
Volviendo mañana, para vernos otra vez, sus ojos no se han olvidado de mi, lo se
Pero yo ya no estoy allí y se que ya no volveré mas,
Pero se también que ella nunca se irá de mi.
Los segundos corren despavoridos como duendes invisibles escapando de mi deseo.
Y el tiempo pasa, y mi café se enfría en una esquina, en esa misma esquina donde la veo desaparecer para siempre, y donde no puedo hacer nada para que deje de llover , ni para volverla a ver.
Entonces algo tirita dentro de mi, quizás sea su rostro claroscuro y perfecto, o sus pasos silenciados con la lluvia que no la dejaron volver, tantas cosas pasaron en esos instantes que hoy no puedo entender.
El viento ha quedado en su lugar , y yo me he quedado aquí, en el mismo lugar donde ella me buscará y yo no estaré mañana.
Es el ultimo café de esta tarde, lo sé, como siempre supe, también, que la vida , son solo tardes como esta…. para siempre.
La vi desaparecer cubierta de piel, y de lluvia, y de mi, y sobre todo empapada en esta tarde que se parece tanto a la vida, pero resulta que soy tonto y recién lo he notado ahora.
Si, es cierto se parece tanto al silencio del destino, y a las palabras mías.
Ella también se parece a tantas cosas de este día…
Se parece tanto a esta esquina, siempre rodeada de misterio, se parece tanto a la forma de sus pasos, y de sus ojos,
Se parece tanto a su silencio y a sus labios.
Esta tarde ella se parece tanto a un sueño.
Pero se ha ido, con la misma textura de la desilusión, y la misma insipidez de la impotencia. Y solo me ha dejado este ultimo café….
Este es mi ultimo café, el sabor ya no es el mismo, sabe también a incertidumbre,
Es al fin mi último sorbo, sabe tan bien a nada.
Yo ya me tengo que ir y aún no ha escampado. Los vidrios empañados, saben muy bien cuanto frió hace allá afuera,
Y solo yo se cuanto frió hace aquí adentro, al lado de mi propia continuidad, la que invente como un cuento, y a la que aun no tengo el valor de terminar….
Esta es la ultima linea del cuento que inventé en el café de una esquina, una tarde donde vi pasar a una mujer hermosa y extraña, como esta lluvia que sigue cayendo, mientras yo voy pensando a donde ir después de este último sorbo de mi café, que sin pensarlo me trajo tantas historias… pero a pesar de todo, y no mentí… este sigue siendo
mi ultimo café….

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