No es siempre un adiós lo que hace una despedida...
Me voy acordando de ella de una manera extraña, casi forzada, y me voy olvidando de ti de tantas maneras. Supongo que ya no puedes contar conmigo. (Siempre soy yo el que se va, y es así como quiero que sea).
Tengo la necesidad de tantas cosas. De tantos olvidos y de tantas despedidas. Es allí donde ella aparece, temerosa e indecisa. y es allí donde me muestra un camino conocido, que siempre termina por acompasarse a mi silencio y a lo que hace mucho ya se.
Al final de cuentas siempre termino olvidando lo neces
ario, no demasiado porque quiero dejar espacio en tu historia para una historia más, que esta vez se cuente a mi manera, con los tiempos exactos, los acordes correctos, y los silencios necesarios.
No quiero dejarla de lado, aunque no me parecería injusto hacerlo, es solo que hoy la necesito para no sentirme aburrido viendo los mismos ojos a diario.
Se que me olvidaré de tus fotografías mañana, aunque es cierto, también, que quizás tu sonrisa lleve un poco más de tiempo. Pero es igual, todo termina siendo como debe ser, todos nosotros terminamos estando en donde debemos estar. ¿Entonces solo debo esperar para que encuentres tu lugar lejos de mí?
La respuesta me es esquiva, y tan obvia a la vez.
Siempre habrá unos ojos negros a los que no me gustaría ver llorar.
Tú, has sido tantas veces tú. En tu absolutismo intermitente. Dentro de mis manías, y dentro del absurdo devenir de mis ilusiones.
Y ha sido ella solo una vez, instantánea, precisa, y exacta, y es que tiene la piel pintada de los colores de mi pasión.
Los adióses absolutos son sinceros cuando se guardan en silencio, así que quizás hoy, en realidad, no haya terminado de decir todo lo que quiero, o lo que debo.
Me voy acordando de ella de una manera extraña, casi forzada, y me voy olvidando de ti de tantas maneras. Supongo que ya no puedes contar conmigo. (Siempre soy yo el que se va, y es así como quiero que sea).
Tengo la necesidad de tantas cosas. De tantos olvidos y de tantas despedidas. Es allí donde ella aparece, temerosa e indecisa. y es allí donde me muestra un camino conocido, que siempre termina por acompasarse a mi silencio y a lo que hace mucho ya se.
Al final de cuentas siempre termino olvidando lo neces

No quiero dejarla de lado, aunque no me parecería injusto hacerlo, es solo que hoy la necesito para no sentirme aburrido viendo los mismos ojos a diario.
Se que me olvidaré de tus fotografías mañana, aunque es cierto, también, que quizás tu sonrisa lleve un poco más de tiempo. Pero es igual, todo termina siendo como debe ser, todos nosotros terminamos estando en donde debemos estar. ¿Entonces solo debo esperar para que encuentres tu lugar lejos de mí?
La respuesta me es esquiva, y tan obvia a la vez.
Siempre habrá unos ojos negros a los que no me gustaría ver llorar.
Tú, has sido tantas veces tú. En tu absolutismo intermitente. Dentro de mis manías, y dentro del absurdo devenir de mis ilusiones.
Y ha sido ella solo una vez, instantánea, precisa, y exacta, y es que tiene la piel pintada de los colores de mi pasión.
Los adióses absolutos son sinceros cuando se guardan en silencio, así que quizás hoy, en realidad, no haya terminado de decir todo lo que quiero, o lo que debo.
Pero espero que no haya tiempo para hacerlo, no quiero regresar a los mismos lugares tantas veces, hasta el punto que ya no me parezcan interesantes.
No quiero mentir, soy demasiado orgulloso para ello, no quiero dejarte ir, no quiero descubrir cada noche tu espalda frente a mi. Y cada mañana preguntarme donde estas .No quiero que me dejes de amar. Pero quiero también dejarme vivir...