viernes, 19 de marzo de 2010

Adioses Tácitos

No es siempre un adiós lo que hace una despedida...
Me voy acordando de ella de una manera extraña, casi forzada, y me voy olvidando de ti de tantas maneras. Supongo que ya no puedes contar conmigo. (Siempre soy yo el que se va, y es así como quiero que sea).
Tengo la necesidad de tantas cosas. De tantos olvidos y de tantas despedidas. Es allí donde ella aparece, temerosa e indecisa. y es allí donde me muestra un camino conocido, que siempre termina por acompasarse a mi silencio y a lo que hace mucho ya se.
Al final de cuentas siempre termino olvidando lo necesario, no demasiado porque quiero dejar espacio en tu historia para una historia más, que esta vez se cuente a mi manera, con los tiempos exactos, los acordes correctos, y los silencios necesarios.
No quiero dejarla de lado, aunque no me parecería injusto hacerlo, es solo que hoy la necesito para no sentirme aburrido viendo los mismos ojos a diario.
Se que me olvidaré de tus fotografías mañana, aunque es cierto, también, que quizás tu sonrisa lleve un poco más de tiempo. Pero es igual, todo termina siendo como debe ser, todos nosotros terminamos estando en donde debemos estar. ¿Entonces solo debo esperar para que encuentres tu lugar lejos de mí?
La respuesta me es esquiva, y tan obvia a la vez.
Siempre habrá unos ojos negros a los que no me gustaría ver llorar.
Tú, has sido tantas veces tú. En tu absolutismo intermitente. Dentro de mis manías, y dentro del absurdo devenir de mis ilusiones.
Y ha sido ella solo una vez, instantánea, precisa, y exacta, y es que tiene la piel pintada de los colores de mi pasión.
Los adióses absolutos son sinceros cuando se guardan en silencio, así que quizás hoy, en realidad, no haya terminado de decir todo lo que quiero, o lo que debo.
Pero espero que no haya tiempo para hacerlo, no quiero regresar a los mismos lugares tantas veces, hasta el punto que ya no me parezcan interesantes.
No quiero mentir, soy demasiado orgulloso para ello, no quiero dejarte ir, no quiero descubrir cada noche tu espalda frente a mi. Y cada mañana preguntarme donde estas .No quiero que me dejes de amar. Pero quiero también dejarme vivir...

martes, 9 de marzo de 2010

Reencuentro...

Siempre es bueno volver a empezar, y no esperar nada al final de cada tarde, siempre es bueno un momento contigo, y a veces conmigo. Porque nunca hay olvidos demasiado gratos, ni adióses demasiado largos como para olvidarnos de las personas que nos han ayudado a vivir. Siempre todos es como es.

Me gustaría llamarte esta noche, oír tu voz después de tanto tiempo, y recordarte y que me recuerdes un poco e imaginar tu sonrisa al escucharme, pero también quiero hacerlo para saber cuanto a quedado de aquel tiempo en ti y en mi.

Me gustaría volver a vivir tantas cosas. Aunque ahora la inocencia de esos años esté de más.

He cambiado, no te imaginas cuanto, es gracioso pero si no hubiera encontrado tu teléfono en este cuaderno de escritos, creo que habría olvidado que escribía, y sobre qué, y por qué lo hacía. Me hubiera olvidado de mi. Pero tu te hubieras quedado allí, en ese mismo lugar donde te dejé para que, según yo, seas feliz, y donde, según tú,volvería a buscarte, lejos de estos recuerdos tan triviales, de risotadas tontas y tristes, y tantas otras cosas que he ido olvidando. Tenías razón he vuelto a buscarte, sin intención, sin derecho, sino con el simple deseo de ver cuanto ha quedado de nosostros dos. Y sobretodo saber cuanto espacio queda aún para lo que nos rodeó.

He terminado la tarde pensando en ti, y tú has terminado mi noche con tu silencio al otro lado de este teléfono. sé que es injusto, pero no me lo esperaba.

Me gusta tanto acordarme de ti, me gusta tanto no dejarte ir y que al terminar mi dia me rescates un poco de esta soledad que nunca en realidad conocí.

Lo sabias. Volvería. Eres tú la que no sabía donde podía terminar.

La vida contradice nuestros anhelos, pero nunca nuestro destino.
Me hubiera gustado decirte tantas cosas, pero creo que hace mucho que están de más.
Adios y buena suerte. Disculpa, mi sinceridad no da para más...