domingo, 31 de octubre de 2010

Creo que no tengo adonde volver...

Creo que hoy no tengo a donde volver, un tiempo, un espacio exacto.
Un poco de mi vida que quiera volver a aprender.
La sombra de un minuto se ausenta, no me preocupa, en el fondo soy yo el que decide no estar.
Soy yo el que decide irse y no regresar, soy yo el que decidió no mirar atrás.
No es que me falten recuerdos, Tal vez sea que no tengo miedo de lo que vendrá.
Es un buen consuelo mientras voy buscando fotografías de un día anterior sin ganas de hacerlo. Con una sensación que se añeja, se hace cenicienta, es la nostalgia
Lo sencillo no es decir adiós, lo acepto, es mucho más fácil, creer que no podemos hacerlo, que no debemos.
No tengo una época de mi vida a la que quisiera volver, y creo que no soy yo el que tiene la culpa, porque esta vida, solo es vivida en parte.
Las personas solo viven la mitad de su propia vida, la otra mitad es para intercambiar.
No tengo adonde volver, lo digo con resentimiento, y contradicción.
Será que me falta valor, delirio…
Será que me falta razón…
Las primeros momentos no merecen ser otra cosa.
La vida es más bien la suma de esos momentos relativos que han aprendido a esquivar noches en las que buscamos motivos para olvidar.
¿A dónde he llegado entonces?
A ese instante de hoy, donde no es tan malo ser yo, y acepto que tampoco es tan bueno, como para quedarme en la eternidad, ni mía ni la de los demás….
No hay época de mi vida a la que me gustaría volver.
Todo lo aprendido lo aprendí demasiado bien.
Te puedo contar de mi, no tengo miedo de las formas en las que he tenido que viajar.
Es solo que no tengo a donde volver…
No me esperen aún, es que aún no se donde estoy, solo se que voy, solo se que mañana ya no estaré aquí.
De pronto digo te quiero, de pronto tal vez sea necesario, pero no hay quien quiera llevarme a ningún lugar, hoy mis propios pasos siguen siendo suficientes.
No hay finales, hasta que no encuentras un lugar adonde volver.
No hay finales, si no hay respuestas...

jueves, 14 de octubre de 2010

Mientras tanto....

Es difícil escribir sobre algo que no se quiere aceptar.
;Escribirlo una y otra vez con el fin de que sea entendible, siquiera para los demás, lo extraño es que ni siquiera tu mismo sabes cuando eso ocurrirá.
De pronto el teléfono chilla desde un rincón de mi habitación, pero yo no quiero renunciar a mis ideas.
La monotonía de aquellas notas agudas me taladran las ideas, y el desasosiego me invade y me gana la partida de la voluntad.

Me levanto con un animo de penitencia, contesto el teléfono y luego de un momento estoy devuelta frente a la pantalla, sin idea alguna de como decir lo que quiero. Y de algún modo, sin saber lo que quiero decir.
Me recuesto en el espaldar de la silla, cierro los ojos, entonces una necesidad imperiosa sube por mi pecho y se empoza en mis dedos. Y a la vez un silencio en mi garganta, y un vacío en mi cabeza.
Entonces un estruendo maquiavélico estalla en medio de aquel silencio de sueño, quietud, y apatía. Y noto que algo va faltando en mi.
No es aquella cosa terrenal que viene y va, y se consigue en un instante y que se esta acostumbrado a perder. Las cosas de la monotonía, de la nostalgia.

No es aquella forma, ni aquel instante que ya no esta. Es mas bien un pacto extraño conmigo que de pronto siento romperse ya nada es igual. No hoy. Mañana quizás no tenga ya nada que decir.
A veces parece que el silencio es el único destino de aquellas pequeñas cosas que no podemos ver, que soplan como Un viento tenue entre aquellas pequeñas cosas de vivir.

Mientras tanto giro sobre mi hombro buscando grandes cosas, una tarde, o un sueño, una caricia.
Es una historia la que quiero seguir contando, desde un rincón de mi.
Quiero tantas cosas sencillas. Formas de un silencio que no conozco, miradas perdidas en algun lugar del mundo al que hoy no se llegar. Y un instante tal vez de amor, o algo parecido, antes de irme y no volver.
No busco quedarme en algún lugar, solo un poco de tiempo, complicidad de delirio, y una verdad sincera al caer la tarde, para sentir que los pasos y la vueltas han valido la pena...
Mientras tanto el mundo sigue girando lejos de aqui.
Mientras yo me pregunto por él...