Hoy no se a que me sabe una mentira... quizás solo a la impunidad de tu inocencia
La impunidad de tu inocencia me obliga a olvidarme de mí en una noche como esta, y quedarme en ese espacio sin saber por qué,sin saber por quién.... solo sé que me quedo en el espacio de ese tiempo donde tu ausencia y mi demencia va contando una vez más una historia...
De pronto entiendo un sueño es un pedazo del cielo que nos quiere olvidar. Y el perdón es solo la certeza de aceptar que la culpa no siempre tiene a donde ir a morir en paz.
De pronto el mundo hace que te vea de noche; y siempre es como la ultima ruptura del espacio, como el rencor en los ojos de la oscuridad, no importa el dolor es solo dolor. El espacio es solo espacio...

Hoy la impunidad de tu inocencia me pide un motivo para regresar; la nostalgia, la desesperación; son solo pretextos infantiles para detenerme, arrancarme un perdón atado a mis dedos desvelados y quedarme entonces en un hasta siempre con sabor a bronce y cotidianidad; es un hasta siempre sin espacio para tu respiración y mi silencio ni tiempo para esta amnesia hecha de tantos días, de tanta pasión de invierno...
A veces es cruel cómo uno entiende la quietud, como si fueran sueños de amor hechos de piel.
Y entonces recordé de qué estabas hecha , quizás un poco mejor que yo para habitar mi silencio, para quedarte quieta en un susurro de despedida mientras ninguno de los dos mira hacia atrás, hacia esa oscuridad que al final terminamos dejando sin nombre.
Creo que esta bien si esta noche nadie queda por volver, la impunidad y tu inocencia es como el sueño de la perpetuidad, como el ardor de hierro en mi garganta; es sutil como tu mirada; la impunidad de tu inocencia es el único espacio frío que le has dejado a tu ternura en mi alma... Lo recuerdo la impunidad de tu inocencia es la caricia ondulada de tu cabello en mi rostro y el juego de tu beso en mi respiración...
Hoy que escribo sobre ti y de pronto todo es tan circular, como la contradicción; y entonces comprendo que todo se parece a esta luz que allá afuera ofende esa oscuridad tan natural y tan desierta como la nocturnidad; y entonces entiendo tu inocencia ofende un poco también a esta noche que se alza como puede llevándome a cuestas y se ofende un poco más con esta impunidad tan mía hecha de temor y de alivio... de distancia... de pasión... de orgullo... y a veces también solo de mí...