viernes, 16 de abril de 2010

Ella...


Es de noche, todo parece sencillo e igual,tediosamente igual, casi idéntico al delirio invisible de la monotonía, y voy pensando en ello mientras el humo va escapando de mi boca, dejando en ella un sabor alquitránico, en mi lengua una sensacion amarga y duradera y en mi estomago el vacio de lo imperceptible, que solo podía compararse con la sensacion propia de aquella noche, ordinaria, y previsible como la vida, sobretodo cuando no sabes a donde vas y nadie tiene el valor de acompañarte.
El silencio era idéntico en cualquier lugar, esa ya era de por si una mala señal, el viento se apretaba contra mi pecho, y me hacia arder los ojos. Tal vez toda esa era una intuición, demasiado fuerte como para ignorarla, pero supongo que no sentí nada que me hiciera preveer el terminar de aquella noche inolvidable.

Recuerdo que, una vez más, estaba demasiado separado de este mundo y tan metido en el mio que poco me importaba las nimiedades del frió y del hambre, que en ese momento reclamaban a mi cuerpo.Sin embargo debo decir que no paso mucho tiempo después de ver su reflejo dibujado en aquel cristal oscuro que tantas veces había hecho de mis ojos para que yo empezara a darme cuenta que algo había cambiado en aquel lugar.
Tal vez era el destino, o tal vez solo iba jugando conmigo el azar. Y es que a veces se parecen tanto, que nos gusta pensar que es mas el primero y que el segundo, sin darnos cuenta de que ambos son solo formas que tiene la vida para dejarse vivir. Quizas por ello se les confunda tanto.
Apareció de la nada, como una sombra, o como un sueño,igual de imperceptible, igual de intimidante, y siempre igual de hermosa. Simple, violenta, y tierna.
Entonces disfrute de estar allí, disfrute de ella, de esa distancia inamovible , y de ese deseo extraño de absolverla de la soledad de ese segundo, y prestarle la mía, y que ella me preste su mirada un instante. Si, eso hubiera sido suficiente.
Es una mujer clara, que va jugando en un rincon de mi vida, un rincon insospechado, es cierto, pero sin lugar a dudas hay un lugar dentro de ella que le pertenece, no se muy bien por qué, quizas porque el brillo de sus ojos la conquistaron, o tal vez porque su ternura me conquistaron a mi de apocos. O porque mis ojos aun no han aprendido a mirarla mas alla de ese segundo , ni mi sonrisa ha aprendido a acompasarse con su alegría.
Quiero verla... pero es cierto, muy en el fondo se que su ausencia me deja espacios que debo llenar con una promesa apocrifa... de que volverás.
Hasta entonces prometo preguntarme por ti de cuando en cuando, e intentar explicarme por qué no eres perfecta, y porque apesar de todo me gusta sentirte como una parte de mi vida y como la totalidad de mi sueño...

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