Y entonces, casi de improviso me doy cuenta que una hoja en blanco frente mi va dibujando muy bien el origen de este instante, donde va tomando forma la auscencia de un comienzo; siempre en la invisibilidad.
Se dibuja entonces también el origen de aquel otro momento, el de la tarde de este día en el que me quedé colgado de un temor, y de una llamada que no se si tenga el valor de hacer. Entonces me sorprende, el descubrir lo invisibles que son los temores en un hombre; y como también, él se va volviendo invisible detrás de ellos.
O es que tal vez vaya desapareciendo… de una manera simple e inevitable y que en el peor de los casos lo haga de una forma simplemente inevitable.
Una pregunta se hace corpórea entonces
¿Será el miedo el que va quitando el entusiasmo del sueño, y del secreto?
Lo admito, no es que no le tema a nada, es que simplemente me voy haciendo extraño.
Un hombre extraño que divaga a medianoche, y que al final llega siempre al mismo lugar y a la misma duda, he allí el miedo entonces, delante de ese hombre común de media noche que ha desaparecido en ese instante un poco más. No porque el miedo haya crecido sino por el solo hecho de que sigue estando allí…. Invisible. De tantas formas indefinido y tan flagrantemente inevitable.
Entonces comprendo que también los miedos tienen un horizonte, que poco a poco se parapeta entre los dedos de este hombre que solo intenta serle fiel a su muerte, a sus sueños, y a su idea infinita de felicidad.
Va amaneciendo y yo me sigo preguntando por esa llamada incompleta, por ese instante; por esta hoja en blanco y por esos miedos que tartamudean dentro de mí.
Es tarde en el horizonte de esta medianoche, y en los temores dentro de mí
Esta noche es muchas veces medianoche, aunque le baste ser invisible solo por una vez, como hoy, invisible por una vez, pero de tantas maneras
Comprendo entonces que hay muchos miedos. Que viven en algún lugar, y que algunos días en nuestra vida nos lograrán alcanzar, y esos días no seremos nosotros quien ocupa nuestros cuerpos, sino ese miedo invisible que mira a través de nuestros ojos y que siente debajo de nuestra piel, y que poco a poco se hará silencio sin desaparecer.
Los hombres son invisibles…
Invisibles… como los huesos…las heridas en los ventanales y la rutina; los hombres son rutina, son miedo que cala hasta los huesos dejando heridas.
Los miedos son invisibles….
Como los ciegos en la oscuridad, como lo indescifrable, como un viaje a medianoche, como la valentía; Los miedos son viajes de ciegos en la oscuridad, el miedo es lo indescifrable de la valentía.
Se dibuja entonces también el origen de aquel otro momento, el de la tarde de este día en el que me quedé colgado de un temor, y de una llamada que no se si tenga el valor de hacer. Entonces me sorprende, el descubrir lo invisibles que son los temores en un hombre; y como también, él se va volviendo invisible detrás de ellos.
O es que tal vez vaya desapareciendo… de una manera simple e inevitable y que en el peor de los casos lo haga de una forma simplemente inevitable.
Una pregunta se hace corpórea entonces
¿Será el miedo el que va quitando el entusiasmo del sueño, y del secreto?
Lo admito, no es que no le tema a nada, es que simplemente me voy haciendo extraño.
Un hombre extraño que divaga a medianoche, y que al final llega siempre al mismo lugar y a la misma duda, he allí el miedo entonces, delante de ese hombre común de media noche que ha desaparecido en ese instante un poco más. No porque el miedo haya crecido sino por el solo hecho de que sigue estando allí…. Invisible. De tantas formas indefinido y tan flagrantemente inevitable.
Entonces comprendo que también los miedos tienen un horizonte, que poco a poco se parapeta entre los dedos de este hombre que solo intenta serle fiel a su muerte, a sus sueños, y a su idea infinita de felicidad.
Va amaneciendo y yo me sigo preguntando por esa llamada incompleta, por ese instante; por esta hoja en blanco y por esos miedos que tartamudean dentro de mí.
Es tarde en el horizonte de esta medianoche, y en los temores dentro de mí
Esta noche es muchas veces medianoche, aunque le baste ser invisible solo por una vez, como hoy, invisible por una vez, pero de tantas maneras
Comprendo entonces que hay muchos miedos. Que viven en algún lugar, y que algunos días en nuestra vida nos lograrán alcanzar, y esos días no seremos nosotros quien ocupa nuestros cuerpos, sino ese miedo invisible que mira a través de nuestros ojos y que siente debajo de nuestra piel, y que poco a poco se hará silencio sin desaparecer.
Los hombres son invisibles…
Invisibles… como los huesos…las heridas en los ventanales y la rutina; los hombres son rutina, son miedo que cala hasta los huesos dejando heridas.
Los miedos son invisibles….
Como los ciegos en la oscuridad, como lo indescifrable, como un viaje a medianoche, como la valentía; Los miedos son viajes de ciegos en la oscuridad, el miedo es lo indescifrable de la valentía.
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