viernes, 25 de noviembre de 2011

Y de pronto te vas...

Si tuviera que recordarte lo haría de la forma en la que tú no lo haces...
Si quisiera tocarte lo haría desde ese espacio en mi deseo que va olvidando tu nombre...

Y prometo que haz de quedarte para siempre en esa terquedad mía llena de abismos, de surcos como este que voy haciendo en este atardecer para guardar en silencio tu aroma, y tus instantes; te quedaras al costado de esa poca suerte que me queda y que voy empacando lentamente... lentamente en una tarde  dónde no  tengo destino... ni prisa, ni espacios, ni poemas que me ablanden la vida, ni mentiras que me den un camino distinto a la realidad...

Si tuviera que prometerte algo seria quizás una promesa de inmortalidad, hecha de esas palabras que no llegué a escucharte decir jamas... esas palabras que a cada susurro cortaban mi respiración...

De pronto todo se detiene, se me atraviesa la noche, gira, una espiral, tu apellido, tu nombre, mi orgullo... la calma ...y yo regresando a prisa de este atardecer lleno de olvidos... pero ella ya no regresa simplemente se queda.. y olvida... y vive...

No es como yo lo quería... pero si tuviera algo que que decirte... adiós sería la palabra precisa para  descifrar mi desencanto, para nombrar ese espacio preciso donde voy calzando esas palabras nuevas que van describiendo la nueva forma de mi olvido.

Te propongo un trato... que el recuerdo de tu inocencia quedará en mí si me prometes que tu amor alguna vez no será fingido... que tu amor no será solo un delirio polvoriento sacado de un espacio de resignación; ni sera un amor infestado de necesidad...

 Esta noche es triste no sentir nada, olvidar y quedarse con la magia inconclusa en alguna parte de mis labios, y en mi mi retina la oscuridad de tu hombro a media luz... y la de tus últimos instantes...
Mientras tanto yo iré olvidando estas calles partidas a la mitad, llenas de monotonía, de recuerdos,  y de mí... iré olvidando la forma de llegar a ti...

Hoy no quiero reencuentros  temerarios ni sutiles... no quiero reencontrarte tratando de descifrar la simpleza de las palabras... olvidando lo simple que vas siendo tú en realidad

Hoy  solo quiero pensar que no me quieres, olvidar que te he querido...y quedarme de pronto a solas con un poema escrito a la mitad sin pensar ni en lo que fui... Quisiera ir a culparte, lo admito...pero al final te hago una concesión más... y es que prefiero pensar que no me quieres a saber que nos sabes querer...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

De Pronto...

Un ruido extraño desde el fondo del salón me dice que no estoy solo, y que las sombras largas  y obtusas  que me acompañaron desde la entrada, y ese silencio prestado que  poco a poco se iba haciendo más corpóreo me habían engañado. No tengo miedo, pero mi cuerpo tiembla, y mis manos empiezan a buscar algo a tientas, alguna forma fuera del espesor de viento que se va atracando entre mi piel y el silencio, aunque muy dentro de mí no espere encontrar más que una brisa tenue escapándose ente mis dedos.

De pronto me sorprendo a mí mismo dibujando una acera en mi mente, una acera larga, serpenteante, una acera olvidada en algún lugar; y a la vez, y mientras tanto hay tanta oscuridad  en este espacio de la nada que tener los ojos cerrados me da lo mismo y se me hace más natural.
Una mujer entonces va taconeando sobre aquella acera, su compás va con los latidos de mi corazón pero su camino esta lejos de mi destino, entonces se aleja,  baila sola, o se contornea en medio de su soledad, jamás como hasta ahora vi tan claramente esa diferencia, y de pronto entiendo que el tiempo se envenena del espacio y de la humanidad.

Este lugar se parece tanto a una comedia, a una burla de la muerte, a la agonía  del sol, al vacio en la mente de dios; este espacio se parece tanto al  silencio en la boca de un falseador.
Pero a pesar de todo no necesito saber como irme ni por qué he llegado aqui. Solo pienso en esa mujer de la acera azul,  y entonces... pero entonces pienso que escribir sobre el amor en medio de la oscuridad; es como llorar, una ironía de la impotencia...

Este espacio sigue siendo extraño, la alfombra bajo mis pies cubre cualquier ruido de hacia donde voy,  y  esta oscuridad me parece simplemente la extensión  de mi olvido; del olvido ingrato de la voluntad. 
Hoy no puedo preguntarme dónde estas, se supone que no debo hacerlo y no lo haré,  se supone que seas tú la que se pregunte por mí en este espacio.
Se supone que los sueños y los miedos se trazan en instantes parecidos de la vida; quizás por eso hoy me pregunto por ti y a la vez te sueño, mientras tú quizás me temas... hasta en ello se parece tanto nuestra contradicción...

De pronto mi prosa se detiene, se estanca en esta oscuridad corpórea, en este silencio de pasos, en esta acera azul... de pronto mi prosa se detiene al borde de las notas apretadas de tu voz... de este sueño temeroso; en el abismo de esta habitación que no me lleva a ninguna parte.
 De pronto mi prosa se detiene y entiendo que la vida esta tan llena de esta habitación, de su oscuridad, de su capricho y de esos juegos...

De pronto un deseo desesperado, un silencio diferente, y tus ojos hechos de instantes; de pronto yo en esta habitación oscura, silenciosa, siempre con la mano estirada y fría recomponiendo esos momentos extraños a las afueras de esta ciudad desconocida, recomponiendo aceras azules, recomponiendo el ardor en mi pecho , recomponiendo tu silencio, recomponiendo las estrellas .... reinventando mi soledad....