domingo, 26 de diciembre de 2010

Nostalgia...

Tal vez no tenga que olvidarte todavía, es cierto que no se dónde estas; ni si aún quisieras verme, es solo que hoy me he dormido con tu nombre en el silencio.

No es abuso de romanticismo, es solo una manera de decir que hoy me he acordado de ti.

Lo admito, no se que espero ya de ti; quizás es solo que no te conocí lo suficiente; es solo que quiero un momento más de ti. Y de la invención de esos momentos extraños; indebidos e inolvidables.

¿Qué espero ya de ti? Quizás espero solamente no olvidarte todavía; lo cierto que aún no justifico los por qué. Así como no justifico tu tiempo ni tu olvido.

¿Cuándo nos perdimos de nosotros? De esas promesas que nadie tuvo el valor de hacer.

Tal vez es solo que no debo olvidarte aún; o es simplemente que no he aprendido a ver como se marchan las gentes que he inventado; por el simple hecho de que todavía no les he inventado un adiós. Una frase final que me haga entender por qué se van… por qué se llevan sus cuerpos y me dejan todo lo demás.

Mientes cuando dices que te vas, una tarde que no recuerdo, no es que te vayas; es que te dejan ir.

Esta noche no es inolvidable, es tal vez porque no hace frío; tal vez por que descubierto que ese adjetivo te lo he puesto a ti desde esta tarde; hasta que descubra de nuevo un día de estos que ya no te importa lo que escribo de ti. Y descubra también un descuido perverso

Debe ser esta noche; que se estanca o soy yo el que te esta escribiendo como un sueño, el de un hombre que al final del día siempre termina creyendo en lo mismo; su libertad, su amor distinto, y en su olvido como su ultimo delirio, el mas sincero; y su ultimo refugio; de polvo y de azar.

Hoy has surgido en mi cama, y en mi silencio, mientras intentaba quedarme dormido con algo de ti, pero a pesar todo no te recuerdo en aquel sueño que tuve aquella tarde, no te recuerdo más.

Entonces todo se desvía a su camino correcto, se esconde en sus distancias, el destino murmura a mi oído, para que tal vez duela menos, si es que tiene que doler, y para que se olvide lo que se deba olvidar. Entonces entiendo que es cierto, da la vuelta el mundo como un reloj de arena, con su remolino, su calma y su leyenda.

Desde lejos reapareces, y me olvidas, y te olvido; pero entonces amanece, y entiendo que no estas en esos sueños, y se que alguna vez volverás, en algún voltear de la conciencia.

No duele que desaparezcas... es solo que quiero tenerte de vuelta...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Sueños...

Soy escritor… tengo derecho a querer llamarme de esa manera; es el único derecho que tengo a estas alturas de mi vida, donde aún no me he ganado el derecho a nada; y por que solo de esa manera puedo hacerle justicia a un sueño extraño que consume mi vida de instante en instante. Pero supongo que aún no descubro la forma de permitirle que la consuma toda, no se si sea falta de valor, de esfuerzo; o de simple confusión ajena que no me deja comprender la verdadera razón de hacer lo que hago; me hacen falta tantas cosas todavía.


Quizás un libro equivocado; quizás una falsa conciencia de realidad; quizás… es la primera vez que esa palabra se me hace infinita para tratar de justificar una confusión; un momento en la vida que a mi edad corre el riego de hacerse costumbre.

Una pregunta entonces aparece como un final predecible, lleno de hastío y monotonía: ¿Y al final?...
Lo recuerdo; fueron tantos días con aquella forma de terminar, con la incompletud de una pregunta a destiempo....
Y con la presición de una desilución...

Soy escritor; es lo único real que soy esta noche; no porque no quiera ser otras cosas también; sino porque las ganas solo me alcanzan para serle fiel a estas noches de insomnio ad honoren, en las que solo quiero descubrir quién soy; si lo que quiero o lo que puedo ser, y más todavía a dónde voy; y a donde deba volver a final, a un olvido monótono; o tal vez a algo más. Y porque, aunque yo no lo descubra todavía tal vez mi espíritu es demasiado mezquino para aceptar lo ordinario que puedo dentro de una confusión inesperada; precisamente cuando ya no esperan nada…

Es tarde ya, pero nunca demasiado para escapar de una ironía. La de querer vivir como uno merece; y la de saber discernir, con sinceridad, qué es lo uno merece.
Es extraño, pero los miedos son siempre iguales; y son a la vez tan distintos; formas incomprensibles de no querer detenerse; caprichos de la indecisión, y, al final siempre la ironía de lo inevitable, y de lo innecesario.

Entonces me veo a mí mismo, en una de estas noches idénticas; siempre alrededor de los mismos lugares y las mismas palabras, tal vez por eso, precisamente hoy, me pregunto que viene después; si un delirio de insomnio; o una caída sin retorno.

No es que me queje, es solo una pregunta común en una noche común, una pregunta necesaria, en una noche donde lo imprescindible toma toda extensión de su significado.

No se que esperar mañana, después de todo he descubierto que el olvido a veces se nos hace tanta costumbre que es difícil darse cuenta cuando ya formamos parte de él.
Soy escritor… y cada vez que lo repito se hace la expresión  más ordinaria, melancólica, en su ultima luz se hace también increíble para quien diera todo por poder creérselo.

Esta noche supongo que ya no importa, lo malo es que todo volverá a importar mañana; la pregunta entonces es si vale la pena esperar solo para volverse a preguntar que harás cada tarde para no sentirte olvidado de tantas intensiones y coraje.

Creo que por eso estoy aqui, para darme la razon en una simple afirmacion de realidad en mi fantasia.
La fantasia absoluta de quien conoce demasiado bien la realidad...

sábado, 20 de noviembre de 2010

Mañana Atemporal...

De pronto yo estaba alli, a su lado, viendola despedirse como, seguramente, tantas otras veces, sin embargo su forma de mirarme me dijo que deseaba que esta fuera la ultima de aquellas veces. Pero supe tambien que no queria dejarse engañar.
Esa mañana me di cuenta que hay tantas cosas que aún  no se, o que aun no entiendo. Cosas cotidianas como el consuelo, como el recuerdo, o como las formas del adios.

La cancion siguio sonando, una y otra vez, y ambos fuimos cambiando en esos instantes, y ambos no eramos más esas personas sin recuerdos, cuando todo es mas facil, tal vez, pero no eres completamente tú.
 Un silencio desusado se hizo corporeo  entonces entre los dos, a pesar de que siempre teniamos algo

de que hablar, y empezabamos a decir pequeñas cosas.

Me miró y entonces supe que aquella mujer, a mi lado, no era la que yo habia conocido, sino aquella otra de hace tantos años. Y entonces me pregunte por ella, y llegue a extrañarla sin conocerla. 
Es simple, en la amistad se aprenden ciertas cosas, cosas como que una persona nunca te entrega un solo pedazo de su vida, sino que es solamente que pocas veces nos acordamos de preguntar por los momentos en los que no estabamos en la vida de esa persona, y que tal vez nos necesitó.

De pronto se levantó y yo me quede pensando en mí,  y en la ironia de la que nunca pareces escapar, la ironia de un recuerdo que tal vez no merezca serlo, pero que a la vez no tenemos capacidad ni derecho a decidirlo.
La ironia de lo inevitable, y de lo innecesario...

 Entonces, hoy me pregunto en la oscuridad de una media luz, ¿Que queda después de un adiós quebrado a la mitad? Un adiós pospuesto, con un olvido sereno y de tantas maneras inquebrantable ¿Queda lo que fue? ¿O queda lo real?, imperfecto e imborrable como la vida, como el delirio de un recuerdo inoportuno a veces, y necesario siempre.


El olvido es tan extraño que he descubierto que es posible olvidar a una persona sin que se haya ido. Entonces pasa frente a ti y su locura ya no te perturba, ni su amor, ni tu desamor. Si no solo una nostalgia impropia y juguetona que se diluye entonces en una calma con sabor a desencanto.

Pero entonces debemos entender que un adios es un adios, no es que este implicito el dolor, es solo , y otra vez la ironia de haber querido buscar lo mejor...


domingo, 31 de octubre de 2010

Creo que no tengo adonde volver...

Creo que hoy no tengo a donde volver, un tiempo, un espacio exacto.
Un poco de mi vida que quiera volver a aprender.
La sombra de un minuto se ausenta, no me preocupa, en el fondo soy yo el que decide no estar.
Soy yo el que decide irse y no regresar, soy yo el que decidió no mirar atrás.
No es que me falten recuerdos, Tal vez sea que no tengo miedo de lo que vendrá.
Es un buen consuelo mientras voy buscando fotografías de un día anterior sin ganas de hacerlo. Con una sensación que se añeja, se hace cenicienta, es la nostalgia
Lo sencillo no es decir adiós, lo acepto, es mucho más fácil, creer que no podemos hacerlo, que no debemos.
No tengo una época de mi vida a la que quisiera volver, y creo que no soy yo el que tiene la culpa, porque esta vida, solo es vivida en parte.
Las personas solo viven la mitad de su propia vida, la otra mitad es para intercambiar.
No tengo adonde volver, lo digo con resentimiento, y contradicción.
Será que me falta valor, delirio…
Será que me falta razón…
Las primeros momentos no merecen ser otra cosa.
La vida es más bien la suma de esos momentos relativos que han aprendido a esquivar noches en las que buscamos motivos para olvidar.
¿A dónde he llegado entonces?
A ese instante de hoy, donde no es tan malo ser yo, y acepto que tampoco es tan bueno, como para quedarme en la eternidad, ni mía ni la de los demás….
No hay época de mi vida a la que me gustaría volver.
Todo lo aprendido lo aprendí demasiado bien.
Te puedo contar de mi, no tengo miedo de las formas en las que he tenido que viajar.
Es solo que no tengo a donde volver…
No me esperen aún, es que aún no se donde estoy, solo se que voy, solo se que mañana ya no estaré aquí.
De pronto digo te quiero, de pronto tal vez sea necesario, pero no hay quien quiera llevarme a ningún lugar, hoy mis propios pasos siguen siendo suficientes.
No hay finales, hasta que no encuentras un lugar adonde volver.
No hay finales, si no hay respuestas...

jueves, 14 de octubre de 2010

Mientras tanto....

Es difícil escribir sobre algo que no se quiere aceptar.
;Escribirlo una y otra vez con el fin de que sea entendible, siquiera para los demás, lo extraño es que ni siquiera tu mismo sabes cuando eso ocurrirá.
De pronto el teléfono chilla desde un rincón de mi habitación, pero yo no quiero renunciar a mis ideas.
La monotonía de aquellas notas agudas me taladran las ideas, y el desasosiego me invade y me gana la partida de la voluntad.

Me levanto con un animo de penitencia, contesto el teléfono y luego de un momento estoy devuelta frente a la pantalla, sin idea alguna de como decir lo que quiero. Y de algún modo, sin saber lo que quiero decir.
Me recuesto en el espaldar de la silla, cierro los ojos, entonces una necesidad imperiosa sube por mi pecho y se empoza en mis dedos. Y a la vez un silencio en mi garganta, y un vacío en mi cabeza.
Entonces un estruendo maquiavélico estalla en medio de aquel silencio de sueño, quietud, y apatía. Y noto que algo va faltando en mi.
No es aquella cosa terrenal que viene y va, y se consigue en un instante y que se esta acostumbrado a perder. Las cosas de la monotonía, de la nostalgia.

No es aquella forma, ni aquel instante que ya no esta. Es mas bien un pacto extraño conmigo que de pronto siento romperse ya nada es igual. No hoy. Mañana quizás no tenga ya nada que decir.
A veces parece que el silencio es el único destino de aquellas pequeñas cosas que no podemos ver, que soplan como Un viento tenue entre aquellas pequeñas cosas de vivir.

Mientras tanto giro sobre mi hombro buscando grandes cosas, una tarde, o un sueño, una caricia.
Es una historia la que quiero seguir contando, desde un rincón de mi.
Quiero tantas cosas sencillas. Formas de un silencio que no conozco, miradas perdidas en algun lugar del mundo al que hoy no se llegar. Y un instante tal vez de amor, o algo parecido, antes de irme y no volver.
No busco quedarme en algún lugar, solo un poco de tiempo, complicidad de delirio, y una verdad sincera al caer la tarde, para sentir que los pasos y la vueltas han valido la pena...
Mientras tanto el mundo sigue girando lejos de aqui.
Mientras yo me pregunto por él...

martes, 21 de septiembre de 2010

Ojos Ajenos...

Seamos sinceros, ninguno espera ya nada, el color de tus manos se esta perdiendo, se pierde también esa forma de mirarme. Y ahora solo una desconocida me mira de lejos con unos ojos que no reconozco, y que ni siquiera tengo derecho de extrañar.
Esta tarde nadie me acompaña, pero yo sigo escribiendo, atado a una nostalgia extraña de una mujer que no existe, y que tal vez no existió jamás, pero que en sus fotografías me ha contado una historia que alguna vez fue también mía.
Dicen que nos hacemos daño, no lo creo son solo los ademanes del olvido, del tiempo y del mundo, los que nos confunden, es solo un corazón de papel entre las manos, tal vez entre las manos equivocadas, lo peor de todo es que ya no duele, es que ya no importa.
Supongo que quiero decir algo distinto a lo que digo, es solo que esta tarde solo quiero escribir de memoria, creo que es porque no llueve, y porque no se que decirte, solo quiero escribirte nostalgia.
Me hubiera gustado tanto oir tu voz, y que me escuches solo un poco más, quizas hubiera bastado para recordarte, y para recordarnos. Lo se, las promesas perdieron su valor hace tanto tiempo.
La nostalgia me traiciona, y poco a poco te vas enredando entre estas lineas, difusa, y furtiva. Creo que por eso estoy aquí esta tarde, por tus viejas fotografías, y esta frase que se desenreda de mis dedos y de mi razón...
No te recuerdo, pero te extraño...
Es cierto... hay tantos olvidos injustificados, pero quizás este no sea el caso.
Pero a pesar de todo aún hoy todavía me quedo mirándote desde mi memoria, pero guardo silencio por tantas razones.
Hace tanto tiempo que ambos seguimos viviendo, es solo que esta tarde he vuelto sobre mi hombro de casualidad, y te encontrado recostada y pequeña a un lado insospechado de mi vida, hoy has logrado sorprenderme, aún no se muy bien por qué, será tal vez por qué me he desacostumbrado a ti.
¿Será que tienes algo que decirme? entonces quizas te vuelva a ver,  entonces quizas sea cierto...
El olvido sabe esperar, y solo llega cuando todo ha terminado.
El olvido es solo una señal, una forma del adios...

viernes, 3 de septiembre de 2010

Encuentros Parciales...

Ella se quedó mirándome de lejos, tan lejos que  yo muy dificilmente podía ver lo que quería de mi, o de ella misma. Lo único que sabia entonces era lo que no quería para mi, que nunca es lo mismo que decir que sabes lo que quieres o a donde vas, toda una contradiccion llena de dignidad.
 Pasa el tiempo, a un compás distinto, lo noto, lo se... Sus ojos siguen persiguiendo aquella antigua forma de mirar, esa que hace tanto tiempo se ha ausentado de ella, a un rincón de su piel, sus drogas y de la  forma de su realidad.
Supongo que hoy es mas fácil preguntarte tantas cosas, y que tu voz sabrá responder, entre sonrisas, y ensayos de inocencia que que se van perdiendo en juegos aprendidos para los dos. Pero la verdad es que extraño la longitud de tus viejos silencios, y el susurro de tus pequeñas manos que ya no están.
A veces era mejor no saberlo todo, ha pasado tanto tiempo para darme cuenta de algo tan obvio,  pero no hay lugar a la tristeza para tantas cosas, solo hay espacio para una sensación de vaivén, y de recuerdo, solo hay espacio para un poco de ti, de tu ayer, y de mi. 
Se va entibiando tu piel, pero tu calor sigue sin ser el mismo, hace mucho que no lo es, pero ambos jugamos a ser iguales, es solo una forma de  intentar volver a verte entre tus resquicios de mujer, y entre los fragmentos de  ayer.
Hay tantas cosas por las que preguntarse, pero supongo que tengo miedo, no por mi, sino por la sensacion de ti.
Esta noche quiero quedarme a un costado de lo que fuiste, nunca es muy tarde...
Pero siempre vuelve la vida, con sus llantos a medias, su mundo fragmentado, gritos, llantos, con espacio a penas para un silencio, que de lejos es solo un aplazamiento de lo infinito y de lo inevitable.
Se te suaviza la piel, se te endurece el corazón, y solo no queda creer que es correcta nuestra manera de morir...
Queda pocas cosas que decir a estas alturas, quizas, entonces sea mejor pretender que sabemos lo suficiente ya como para no extrañarnos.
Pero la verdad es que poco a poco te voy extrañando más, sobre todo cuando entiendo que no tengo derecho de hacerlo, o peor aún una razon, y es que tú sigues aqui, de madrugada y para siempre...
Pero lo gracioso es que ya nadie se deja engañar... No importa siempre que tengamos a donde regresar, siempre que tengamos una tarde como ayer, donde sin ser los mismos, somos entre ambos lo que debemos ser.

viernes, 27 de agosto de 2010

Fue ( algo parecido al) amor...

Esta es una historia que me toco vivir, o más aún entender, es una historia previa a ella misma, esta historia es un poco de mi.
Nunca entendí sus formas de mirarme, y de darme amor, de lo sencillo y lo inolvidable de su sonrisa y su calor en un invierno que hoy parece no haber cambiado nada. aunque sepa yo mejor que nadie, que nada en este invierno, tres años después de esta historia,  es, ni sera ya jamás lo mismo.
Ella pudo  haberse acercado a mi, y yo pude haber hecho tantas otras cosas distintas de las que hice, aunque todavía hoy eso no me es muy claro.
Fue amor, mi amor, o lo mas cercano a eso en mi vida y en medio de una indecisión.
fue interesante, tierno, y cruel, fue una forma de aprender que a veces se puede cargar con dos vidas, aunque  en esas dos vidas solo quepa un corazón, el otro sigue su camino, buscando una vida por la que latir.
Y nos enredamos en una historia extraña, llena de intuición, ella y yo, hoy lo digo mucho después de su absolución.
Fue bueno saberlo , tal vez fue amor, hoy eso ya no importa, hoy es solo un eco de desaparición, no es malo ver morir lo que nunca nació.
Le escribi cartas cuando estaba de viaje en sus distancias, hoy me doy cuenta entre una media sonrisa,  es bueno el arte y el desamor.
Y tambien guarde mi asombro entre silencios desconocidos, guarde tantas cosas, y me fui descolocando tantas otras. Me eché a dormir entre sus instantes,  es cierto, ella nunca soño a mi lado, ni en mi, pero su ojos fueron noches enteras de ensoñacion, y su voz alguna vez fue susurro, y canción. 
Fueron tantos espejismos parecidos al amor. Supongo que simplemente me toco conocerlo asi.
 Fue una desconocida al final, de claridad mortuoria. Y al final, y tambien, un buen dia yo me fui, quebré tantas cosas, esa tarde, la desnudez de la ira no me incomodo, era solo todo lo demás, era solo yo, era simplemente yo, y al final solo importaba yo, y todo lo que soy, y lo que fui.
Le fui dando un poco de mi, y me desconocí,
Pero al final, esta tarde me voy dando cuenta, ella solo cumplió su función, es solo que le toco perder, y hoy le toca perderse poco a poco en mi , desde  su silueta hasta su espacio de  abismo y de fin.
Hoy es hoy, hoy  a nadie le importará volver,.
Hoy todo esta bien, me canse e la desnudez y de la falcedad de su virtud, de sus lagrimas de las tres.
Me canse del abismo de su voz.
Hoy solo soy yo, simple y siempre yo...

viernes, 6 de agosto de 2010

Sueños a Destiempo...

He dejado tantos sueños para más tarde. Tentaciones macabras y divinas que tomaron forma en mí alguno de esos días que no recuerdo, pero que han podido arrastrarse lenta y silenciosamente hasta esta tarde, en la que un libro cualquiera me han hecho acordarme  de ellas, y su tiempo, su tardanza... su caducidad.
Supongo que sigo yendo hacia algún lugar, y no quiero preguntarme si mis deseos guardarán silencio, creo que tengo miedo de perder.
¿Qué sucede si el tiempo pasa y los sueños siguen estaticos, y tú ya no eres el mismo?
Hoy me pregunto por mi sin nostalgia, pero si con una duda de plata entre los ojos.    
Al final, caminar por esta ciudad siempre se me hizo extraño, no digo que me quiera ir sino solo que quiero un pequeño lugar donde quedarme.
Y también , por qué no decirlo, una noche para, simplemente, dormir sin tener miedo de despertar en medio de una noche y descubrir, entre la desilucion y la desolación, que ya no soy el mismo, que  siento soledad entre los huesos, no de los demás, sino de mismo.
Soledad sin recuerdos de lo que soñé, o de adonde pude ir, espacios en la memoria de lo que no se ha vivido. tal vez esta noche no importe, pero se que algún día, mientras camine en medio de una lluvia parecida a esta que va cayendo, no tendré a donde volver...
"Hay un hombre extraño frente al espejo esta noche, pintado de azul, con anillos en la  piel y en los ojos. Hay un hombre solo, parado, y azul, contando su propio tiempo, recordando un paso a la vez, y sin forma de volver en esta noche en la que lo observo de lejos, tengo miedo del silencio entre los dos..."
Tengo miedo de despertar con deseos de escribir algo parecido, desbordado de pequeños recuerdos y de grandes nostalgias.
¿Los sueños también saben morir? No me lo quiero preguntar aún, pero la piel de mis manos saben que si,
hay tantos sueños a destiempo, tantas formas de olvidar unos grandes ojos y unas pequeñas manos. Y al final es solo esta ciudad y esta noche la que me pregunta que sigue, y entonces es cuando descubro grandes silencios  dentro de mi.
No he planeado nada, es solo una canción que suena en la eternidad de su esencia, y soy solo yo, y mis preguntas de ayer.
Probablemente no lleguemos a ningún lugar, pero esta noche la lluvia sigue cayendo en la misma vieja esquina de esta ciudad, el piano sigue sonando tibio en una esquina de esta sala donde yo sigo escribiendo, y no quiero pensar en nada más, y se hace tarde y soy feliz. Tal vez eso baste por hoy...
Lo sueños son recuerdos de momentos que vendrán... Hoy no quiero más momentos, hoy quiero las pequeñas cosas de hoy y las grandes cosas de ayer.



viernes, 30 de julio de 2010

Amicitia...


Seré sincero, somos amigos hace tanto tiempo que por lo menos le debo eso. No recuerdo muy bien como nos conocimos, no recuerdo nada de aquel día, ni de las palabras. Tal vez él si, y no me sorprendería en absoluto y es que en el hecho de amistad, él me enseñó muchas cosas, siempre con lo sencillo, sincero, y sentimental de su manera extraña de ser. En su manera obvia y disparatada, y lo suficientemente desfasada como para que podamos entendernos. Dimos vueltas extrañas, lo recuerdo hoy un tanto sorprendido, más por lo que descubrimos de nosotros mismo que por las cosas en si, pues al final de todo ambos emprendíamos que era importante aprender de ti mismo cada día, mucho más de lo que otros siquiera tuvieran el valor de hacerlo. Pero a pesar de todo lo admito, muchas veces él me dio lecciones de amistad, de las que yo después me jacte injustamente.

Creo que siempre lo supo y nunca le importó, es que siempre supo la verdadera importancia de las cosas, lo absoluto de lo relativo, y lo relativo de lo inevitable.
Cambiamos poco estos años, y él lo hizo aún menos, a pesar de que siempre quiso ser un tanto distinto a lo que era , ahora me doy cuenta que eso solo era su forma de preguntarse a si mismo si estaba bien ser tan distinto, y a veces tan idealista, y otras tan simplemente extraño. Al final, creo, supo que no necesitaba una respuesta.
Es un hombre valiente, porque solo un hombre así es capaz de ser consiente del daño que puede causar por el solo hecho de ser como es, y te pregunta por él, y te pide disculpas. Entonces sabes que son sinceras porque vinieron como vienen las cosas que valen la pena, en un día cualquiera, en un momento cualquiera, y, claro, con la sensacion inmortal de la sinceridad.

Su corazón también es extraño, de niño, por eso no me sorprendió que el más cruel de los demonios, el amor, hiciera con él lo que hacen las buenas intenciones con el mundo.

Pero entonces también fue hombre, y sufrió como tal, y maldijo, y renació en una noche inolvidable, a la vez en compañía, a la vez en soledad. Pero hoy es el miso otra vez, supongo, que es parte, también, de ser como es, es decir, es parte de las miles de maneras que tiene de ser, de estar y de desaparecer.

Y así, poco a poco, fuimos formando parte de muchas cosas, de tonterías justificadas, de locuras mortales, y de silencios absolutos, y suficientes. Bueno, como ya dije, del primer día de amigos no recuerdo nada, ( lo reconozco no sin sorprenderme a mi mismo, y si con mucha vergüenza desde algún costado de mi amistad) pero supongo que lo importante es , en realidad, lo que con el pasar del tiempo no necesitaremos siquiera recordar para saber que esta en nosotros.

Es cierto, pasamos tanto tiempo buscando amigos, que, a veces, olvidamos convertirnos en uno, un amigo de pequeñas cosas y grandes historias, de momentos que nos dicen que la inmortalidad se consigue a través de los amigos, y y que los amigos se consigue a cambio de un pedazo de nuestra propia vida.

jueves, 29 de julio de 2010

Hoy solo quiero llamarla Almudena...


Hoy quiero llamarla Almudena, para que de esta manera que sea un poco mas mía de lo que ella fue esta noche, más que tantas otras noches, y, a la vez, menos cualquiera a la vez. Fue una noche triste y atroz para mí, y tal vez indiferente y aliviadora para ella; cuando la vi, y mi nombre no tuvo sentido, ni valor, ni mi garganta ocasión suficiente para desenredarse de mis miedos. O, simplemente, cuando me sonrió sincera, y dulcemente, y yo, en medio de mi tribulación entendí que vivir no significa no estar muerto, sino sentirse morir, y ¿por qué no? Tan solo dejarse matar.
La vi desde lejos, contorneando su figura sin esfuerzo, y casi sin intención. La perfección no necesita intención para ser expresada, dicen, hoy les creí. Mientras el sabor alquitránico de mi último cigarrillo resbalaba empalagosa y ardorosamente por mi garganta, empozándose con una sensación de vacío en mí estomago, pero eso no importa, es cierto. Como decía la vi desde lejos, a tres gritos de mi voz, caminando solitaria, sobria y lejana, como un sueño en una noche pura de insomnio; era casi irreal y plenamente ideal. Mis ojos se mantenían fijos sobre ella, y la vi alejarse lentamente, irremediable como mi silencio y mi dolor. Me puse de pie y casi sin querer la seguí, mis pasos eran decididos pero lentos, mis ansias siempre desbocadas y feroces.
Después de unos momentos me sorprendí a mi mismo sentado en una cafetería, en una mesa cercana a la suya, dándole la espalda pero viéndola todo el tiempo en su reflejo desde un cristal oscuro frente a mi; aunque debo decir que, a pesar de ser su vivo reflejo, tuve la impresión, desde siempre, de que había algo en ella que no podía se apreciado solo en un burdo juego de la luz, o quizás deba decir, “su luz”. Y fue por eso que en muchas oportunidades, me sorprendí, nuevamente, a mi mismo; y algunas veces ella también lo hacia; mirándola fijamente, como perdido entre ella y su belleza, y donde yo solo era el perfecto Ulises para su historia, y era ella mi perfecta Penélope para mi final de amor, y mientras ella me sonreía, y mientras yo sabia cada vez menos de cada vez más cosas, incluso de mi mismo, sus ojos se mantenían fijos sobre un punto, sobre los míos siempre brillando bajo su propia luz. No había temor en ellos pero si una sincera serenidad y una calidez inusual. Tan parecidos a lo hondo de su silencio, y a lo profundo del sonido de su corazón, que entonces comprendí porque le temía tanto a su amor.
El temor era mío, ya lo dije, quizás porque tenía la certeza de que, siempre terminaría por saber mas de mi de lo que yo mismo imaginaba siquiera que podía ser; pero en ese momento éramos, simplemente, dos personas jugando a ser distintas, opuestamente parecidas, quizás a ser mas de lo que éramos, pero exactamente lo que necesitábamos ser para ese entonces.
Su cabello rubio se recogía en una coleta echa sin mucho cuidado, solo el necesario para que ella no dejara de estar cómoda, al final parecía que era eso lo que mas le importaba, y era también eso lo que la hacia verse tan natural, y tan propia de si, si me equivoco lo ignoro mientras que sus labios jugaban entre si a decir tantas cosas
Quiero crearle una vida, tan cerca de la mía que sienta que pueda leer en las líneas de mis manos las de su destino. Aunque hoy tenga miedo, lo reconozco. Hoy quiero llamarla de tantas maneras y por tantas razones, tal vez porque no la conozco, tal vez porque le temo, y tal vez, y solo tal vez porque la necesito.

jueves, 22 de julio de 2010

Dulces sueños...

Su ojos se van apagando en una desilusión disfrazada de amor, o de amores baratos y su razon se enciende rauda e imparable. A pesar de todo, es extraño como somos tan distintos, y a la vez como después de tanto tiempo hemos aprendido a parecernos tanto.



Yo sigo soñando a un costado de su modo de vivir, y ella me sigue enseñando tantas cosas en las que muchas veces no quiero creer, muy reales para mis sueños tan grandes, pero eso no le impide gritar desde el fondo de su cada palpitar.


Asi, justo despues de oir mi modo de callar.
Sueños que estallan en una noche solitaria, y aunque eso no importe, sabes que nunca dejaran de ser suyos.


No le gustan los abrazos a destiempo, ni unos ojos cobardes que no la sepan mirar...

La he visto rugir como la espuma del mar, y en calma y coqueta como la lluvia de un dia para soñar.

Somos identicos, en lo que aprendemos y distintos en lo que creemos que debemos olvidar.

Dulces sueños... se que hace mucho no nos preguntamos por ellos, sin embargo, entre murmullos hemos aprendidos de nosotros, de entre futuros extraños, y amores distintos.

Hoy ella sabe a donde voy, y yo se que caminos evitará.

Nos juntamos extraños seres cafés, es cierto no sabemos a donde ir, ni el futuro que nos dará la mano al voltear, pero admito que he aprendido de ti, que no me debo de quedar en ningun lugar si el tiempo sigue su camino, y yo aún me pregunto qué vendrá.

Somos identicamente extraños. huéspedes de una confusión vital, disoses tristes y mortales desde su forma de no querer morir.

... Desde nuestra forma de querer vivir...
Dulces sueños mujer, dulces sueños de barro, de hielo, sueños de fuego, y tal vez de mar...

Sé lo que dirá... pero yo tambien se qué decirle: ahorrate palabras de amor, sobretodo dias de azul extraño y fugaz.

Callate mujer, dulces sueños, y nada más, nada que no haga falta para morir esta noche hasta mañana, y revivir entre besos y murmullos de carne y respiracion...

No se si vendra despues de esto mañana, en silencio, a una palabra de distancia del estallido de mi propio yo, sin oraciones, sin plegarias, como siempre, solo ella, yo y lo aprendido, de lo imaginado, de lo pensado y lo vivido no se si vendra nañana... No se

Solo se lo que quiero hoy, dulces sueños nujer... una vez más .

sábado, 10 de julio de 2010

Pluma, Tinta, Vida... Eternidad...

Estos días he estado un poco ausente de este lugar, quizás fue porque necesitaba descansar un poco, aunque sea mas justo decir que fue porque por estos días me he dado al oficio laberíntico de novelar, y me he dado cuenta, aunque mi abuso de sustancias literarias me haya llevado de vuelta, y dando vueltas, también, por los rincones mas extraños de mi imaginación; que para hacerlo a cabalidad no puedes darte el lujo de no vivir, de no entender, y de no sentir.
No puedes darte el lujo de olvidar.
Es curioso como, a veces, las casualidades solo son pretextos extraños, pretextos para detenerse un momentos, porque al fin y al cabo el destino se forma de esfuerzo y de "casualidades".
Y el novelar empieza de la misma forma, con una casualidad precisa, que se va descolgando de tu vida y, por qué no decirlo,también de tu muerte. Y se va sintetisando en un frase absolutista, y totalitaria, que te engulle en un placer extraño, mas allá de dónde o cómo estes, o más injusto ( tal vez) aún más allá de lo que seas.
En el oficio de novelar no hay democracia, ni modestia. Porque no hay tiempo ni lugar para ello.

El arte de novelar es darte un lugar en tu propia vida para ti mismo. Sin tener siquiera la necesidad de que sea tu boca la que hable, aunque siendo sincero, si con la necesidad de buscar una boca para decir, o para enmudecer. Muchas veces solo se empieza con un silencio incomprendido e/o incomprensible, y otras con una explosión con sabor a cadaver exquisito.
Estos días me he dado al laberíntico oficio de novelar, de recordar, de entretenerme viendo como mi ego se engrandece y se destroza a una frase de distancia entre esta inmortalidad prestada, y aquel olvido absoluto de muerto.
Es cierto que la eternidad es la prisión de aquel tiempo que no volverá. Y es cierto, también, que dejar una hoja en blanco es la mejor manera que tenemos de dejarnos engañar.
Pero supongo que la esencia (y la inocencia ) del novelista lo obliga luchar contra lo obvio, sin remitente obligatorio, y nuevamente con aquella sensacion cautivadora y dictatorial, que vuelve siempre de golpe, a la vez inesperada y precisa.
Me he visto ejerciendo el oficio laberintico de novelar, siempre entre la pasividad de la comprension de las cosas, el dolor latente del soñar, y el asombro infantil de aquel que no se permite olvidar...

domingo, 27 de junio de 2010

Nocturno...


Él veía las luces del callejón, y su juego inagotable de formas y caprichos. Mientras se preguntaba cuando estaría mejor. " No me extrañaré". decía. creo que sabia que para partir, tienes que despedirte de ti mismo. Y me lo imagine mirando sobre sus horas, y sobre su manera de equivocarse, sobre aquel día que finalmente aprendió a decir que no.
Siguió caminado en la misma noche, con las mismas noches,y con otras noches más, mientras que la única caricia esa noche fue la de la garua que le decía adiós.
"No hace un frio suficiente... supongo que no quiero cambiar".
Nadie sabe adonde va hasta que es muy tarde para darse cuenta que no puede retornar.
Me lo sigo imaginando, imagino su forma de mirar atrás. Y a las aves nocturnas que susurran a su alrededor. Es verdad. nadie le dijo que camino tomar, nadie le dijo que su viaje seria distinto al de los demás. nadie le dijo que caminaria un compas distinto, que nadie le preguntaria a donde va.
"Extraño a aquel que nunca fuí, se fue demasiado rapido que nunca lo invite a volver"
Ahora algo extraño pasa debajo de su piel, algo exraño pasa debajo de su voz.
Su sombra pasó inadvertida, es que hay tanta oscuridad. Se sigue alargando el callejon,y sus pasos siguen rebotando en el asfalto. el callejon permaneció mudo, parecia que estuviera viendo a ese hombre en su silencio. Compartieron tantas cosas esa noche, su soledad, su frio, y sobretodo aquel estatismo suicida que siempre los hacía encallar en el mismo lugar. Y volver sobre aquellos pasos conocidos rancios que le daba un sabor extraño a la incertidumbre.

Ambos eran extraños, callejon y caminante, trasnochados soñadores de invierno.

sábado, 5 de junio de 2010

Contradicción... Mujer...


Es cierto, al final ha vuelto una vez más, ella, con una parte de lo que fue. Un pequeño espacio, dentro de un tiempo que ya no lleva su nombre, un pequeño letargo de mi olvido; un recuerdo, tal vez el último; tal vez el único. Y hoy, como en ese momento hay tantas cosas que no se, y que ahora ya no necesito preguntarme; porque se que las respuestas llegan de improviso, exactas y definitivas.

Dijo que se iría, lo recuerdo hoy, un tanto incrédulo de las ironías con las que juega el tiempo. Recuerdo su llanto y su desilusión, recuerdo al final mi soledad, mi tristeza, y el eco de una canción. Que fue al final, quien lo creyera, la que me hizo darme cuenta que todo tiempo pasa, y todos terminamos pasando a través del tiempo también . Pero vuelve una vez más, más devastadora, y flagrante; debo decirlo porque es cierto. Pero esta vez vuelve solo para que yo pueda entender que quizás ella debió irse, y yo debí recordarla en medio del las versiones de mi olvido, para que se quede ella dibujada, para siempre en mi memoria, y para que no pretenda borrarla como hago ahora, cuando ya no ha quedado nada; ni su nombre ni mis ganas.

Tal vez ella debió irse para que se quedara, o para que la borre de a pocos en un olvido natural, natural, irremediable, e inevitable como la muerte. La ironía tiene un sabor férrico. Hoy lo he descubierto, aunque ya no importe, y aunque sea obvio.


Entró, entonces, silenciosa e improvisada, en medio de aquella tarde en la que yo hubiera podido esperar cualquier cosa, menos a ella, montada en aquel sueño liquido, que, sin mediar razón ni intensiones logro dejarme en silencio, jugando con una media sonrisa en los labios; mientras que una sensación marina me hacía despertar del insomnio ciego de mi soledad y darme cuenta que estaba jugando con una contradicción.

Lo sé, siempre fue una contradicción, como lo es ahora su voz en el rincón más sordo y absorto de mi orgullo de viajante.

Fueron contradicciones, entonces, también sus besos, las tardes, y los silencios, interminables como las distancias más intencionadas.

Fue contradicción ese te quiero con olor a olvido, con sensación a vacío, y con sabor a silencio, que como alquitrán en la boca se fue esfumando, y dejando el sentido amargo de un amor que se apaga con el viento… Fue contradicción.


Ha vuelto… desde los tantos escondrijos que dejan siempre el desorden de su incompletud.

Esa tarde volvió, distraída y sin amor, con el recuerdo y la ironía de su historia, entonces yo terminé preguntándome por aquellas cosas que me he cansado de esperar, no, hoy me digo a mi mismo, es mejor mil adioses que una compañía a medias.


Y de nuevo, de pronto, una canción inesperada, y un recuerdo que llega añejo y extraño. Una sonrisa entonces, de esas que dibujan la ironía, y la contradicción de la vida y de los deseos de una persona. Que nos dice que en el pasar del tiempo es donde se forjan los destinos, las razones, y las verdades.

Sus pasos vienen y van, esa tarde lo supe, sin dolor, y sin costumbre. Pero vayan a donde vayan siempre encontraremos otros caminos por donde llegar.


Vuelve una vez más, incompleta y fugaz, silbante, y fría, vuelve para no hacerlo nunca más.

lunes, 24 de mayo de 2010

Al Final Nadie nos Llamará...

Siempre hemos sabido que hay caminos por los que no podemos volver; sabemos también que nos hacemos de recuerdos que no nos pertenecen. Es un equipaje extraño.
No es tiempo de volver, no es tiempo de hacerse preguntas, es tiempo de viajar; y tal vez dejar que te olviden, sin reclamos de llantos, ni grito, ni perdón.

Aún no es tiempo de volver, porque no hay a donde, aún no es tiempo de recordar, porque sabemos que ellas no lo harán.
Aún es tiempo de viajar.
Puedo verlo en tu rostro, puedo ver el olvido y la indecisión.
Una noche mas, sin que nadie llegue a preguntarme por los caminos extraños de seguí.
No me sorprende. es solo que hoy el silencio no es el mismo, hoy mi silencio esta pesado No preguntaré nada que no quieras oir, no veré mas allá de ti. Es solo que esta tarde un recuerdo me ha atropellado, inpertinente y fugaz como unos sueños oxidados de... no vale la pena hablar de sueños, solo es una forma de redundar. es una forma de dar tantas vueltas por los mismo lugares.

Al final nadie nos llamará, no es que me importe, yo seguiré viajando, y seguiré diciendo adios.
Es bueno creer que esta historia acaba de empezar, aunque al mirarme las manos el dolor me haga pensar lo contrario.

No importa quien nos llamé a media tarde, siempre sabremos a donde regresar, a ese espacio nuestro extraño, zurdo y entrelazado con nuestra esencia de hombre y de dios, al final, sabemos, que nuestro destino es la immortalidad.

Me he quedado tantas tardes marcando mi camino con la luz de un sol moribundo que no le temo a la forma de su sombra, ni a la infinidad de su espacio en mi vida, de su vacio, de su forma de ser, y mi forma de estar...
Me he quedado tantas veces en el mismo lugar, me he quedado tanta ves, tantas veces y una más...

domingo, 23 de mayo de 2010

Sueños del Poeta...

Sueños de poeta, delirios de sal...
el poeta se fue de pronto, y nadie lo ha notado hasta ahora.
el poeta sigue dando vueltas, se esta quedando ciego de tanto mirar...
destino, besos, pasos sin andar.
El destino siempre se hace más largo para aquel que sabe a donde va.
Sueños de poeta, una noche igual...
las preguntas no le temen a sus respuestas,
ni él le teme a la soledad.
Hay una sombra extraña, blanca, una fisura en el corazón
el tiempo se ha detenido, se ha quebrantado su honor, se ha abolido su ley.
Pero el poeta sigue dando vuelta por los mismos lugares, golpeador, y esclavo...
Parapetado en esos ángulos nocturnos que sus ojos han aprendido a encontrar.
Ha renunciado a la mitad de él, es libre de ser cuanto es,
pero el poeta sabe que nunca será quien,
él sabe que puede ser tantos en una tarde,
él sabe que puede ser tantas veces nadie.
Respira hondo. lento, mortal;
respira de nuevo, se mira a si mismo, sus ojos son como gitanos rebeldes del azar.
Sueños de poeta, besos de cal.
El poeta a besado la frialdad de la frente, y la honda verticalidad del amor,
Llanto de niño, orgullo de hombre, rencor de dios.
El poeta como oficio siempre aprende a decir adios, pero nunca debe aprender a olvidar,
él trabaja,él sabe de inmortalidad.
el poeta no le teme al otoño, ni a su viento,
sabe que lo que lo que deba irse, asi será.
pero han vuelto tantas veces en susurros desconocidos, y en ayunos del alma aquellas formas de amar.
Entonces él sabe que volverán.
El poeta ha saciado a las palabras, las palabras le han dado silencio en calma,
intantes, sueños... caminos.
El poeta, el señor, el amante y el niño; juegan todos en la misma ruleta,
Esta hecho todo de tantas cosas, de las mismas cosas, y se forman en la misma luz, y desaparecen en la misma sombra;
pero el poeta cree estar hecho de otro sueño,
pero el poeta cree estar hecho para otra realidad.
El poeta no llora... solo sabe sentir.
El poeta no huye...
Solo sabe morir.

jueves, 20 de mayo de 2010

Olvido Inesperado


Entonces la vi, de nuevo y de lejos, al otro lado de aquel infinito espacio, donde tantas veces nos acariciamos, fue entonces que la quedé mirando, preguntándome tantas cosas, mientras en mis oidos una cancion se colaba oportunamente, con la melodía necesaria, y con mensaje exacto para empezar a acostumbrarme a su ausencia. Entonces di la vuelta y por aquella ventanilla, como si fuera una pantalla, vi pasar las horas, los minutos, y la vida, sin dejar de preguntarme, si era cierto entonces lo que yo pensaba; que quizás sea yo el que no está preparado para aquellas mujeres que ha puesto la vida. Es un pensamiento fugáz, pero el dolor se ha dejado sentir, o al menos eso creo, es temprano, y dejo que el sueño me distraiga un poco de esos pensamientos, cierro los ojos un momento pero entonces su silencio se me hace incesante, metalico, y su imagen, en la oscuridad, en mi ocuridad, se acerca demasiado, y yo ya he empezado a olvidarla, solo que aún no me acostumbro a la idea.
Está ausente desde hace mucho, es cierto, pero esta mañana más que nunca sigo escuchando su respiracion, pero entonces me doy cuenta que la mia esta en calma, y sonrío, mientras voy pensando en lo bien que me he acostumbrado a olvidar; sin embargo una descepción llega desde alguna parte inesperada de mi mismo. Y ya no quiero abrir los ojos, una pesadez de vacio ha entrado de golpe, como aquel viento que me golpea el rostro, y como aquella mañana que me ha golpeado en la conciencia y la certidumbre de que al final ya nada de eso me duele realmente. Es extraño, no se siente tan bien como esperaba,. Volteo de cuando en cuando, y ella no se inmuta, y en silencio vuelvo a refugiarme allá afuera, en aquella vista fugaz de la ciudad, donde el frío promete paz. Hace tanto que me da la espalda que ya he olvidado sus ojos, y he olvidado tambien como imaginarlos, pero a la vez he recordado tantas cosas.
Pasan los minutos, y seguimos yendo, encaminados hacia ningún lugar en especial; forzados, seguimos juntos; de pronto ella baja, y apresurada esquiva los carros y cruza la calle, mientras yo, parapetado tras el cristal, la veo desaparecer.
Entonces me doy cuenta que tengo portunidad para ponerme a pensar en ese hombre, el que se ha quedado solo en aquel lugar, mirandola a ella que se va, se va una vez más, de una forma idéntica , creo que es porque solo hay una forma de decir adios... y de irse, o es que él solo la aprendió de esa manera, ¿Es que siempre tiene forma de huída?
Y asi fue, ella siguió huyendo, o quizas era él el que se seguía quedando en el mismo lugar, no importa... sigo siendo yo el que se ha acostumbrado a olvidar.
La mañana esta por terminar, el viento se entibia, y los ojos y las gargantas salen de aquel mutismo espectral, de aquel sopor de ensueño, y de aquella nostalgia hacia aquel sueño que se ha dejado a la mitad, como el de aquel hombre que esta mañana ha tenido que despertar, para montarse en un mundo por el que, a veces no vale la pena dejar de soñar...

sábado, 24 de abril de 2010

Desiderata...

Después de tantas vueltas de hoja, y tantos delirios, hoy he terminado en el mismo lugar. lo mas extraño de esto es que no se donde mas podría estar... ni con quien... No, no se con quien. Y es una incertidumbre conocida, y un sentimiento que aún me reclama de lejos...


Pero es cierto lo que digo , la soledad es una parte de ti mismo que necesitas conocer; aunque supongo que también es cierto que, algunas veces, necesitas tener unas ojos a los que mirar, y que te digan algo distinto cada vez; algo real, y un espacio al que sepas que puedes volver cuando el cuerpo te duela y no tengas ya ganas de ser fuerte, sino solo del calor de unos labios en la frente, y del peso y la presión tibia de aquel cuerpo que te ha elegido para que conozca tu lado derecho y tu piel.
No es que me asuste el eco de mis pasos, ni que me moleste el tiempo que dejo de dormir para soñar, para darle tantas palabras a mi alrededor, es solo que no me gustaría pensar que no hay nadie que me esté buscando, supongo que solo quiero sentirme mejor.
Hoy tengo tantos recuerdos y tantas palabras para todos ellos.
Pero esta tarde he querido escribir para los recuerdos que me asaltan, y ne agobian y que no tengo; porque he descubierto que a pesar de que a pasado tanto tiempo no he logrado engañarme a mi mismo, intentando confundir los recuerdos varaderos con aquellos que se han formado en medio de mis fantasías.
Es cierto no me gustaría terminar recordando amores ficticios...
es cierto, odiaría pensar y darme cuenta de que te veo irte antes de conocerte, mientras yo sigo jugando los mismos juegos para entretener tardes como esta , en las que, de tiempo en tiempo debo enfrentarme a mis sentimientos inaplazables.
La soledad no me asusta, es solo que me gustaría tener un nombre en mi cabeza. Es solo que me gustaría saber que mis palabras tienen sentido y destino, y que no escribo para nadie.
Es solo que me he dado cuenta de que siempre terminas por darle un final a una ilusión, y duele siempre igual que si te olvidaras del amor y sus recuerdos.
Nuca rogaré amor, y cuando no me quieran seré el primero en saberlo. Siempre, al final seré yo el que se vaya, es solo que después de tanto tiempo me parece extraño que no tenga ganas de mirar hacia atrás, y nadie por quien hacerlo…

viernes, 16 de abril de 2010

Ella...


Es de noche, todo parece sencillo e igual,tediosamente igual, casi idéntico al delirio invisible de la monotonía, y voy pensando en ello mientras el humo va escapando de mi boca, dejando en ella un sabor alquitránico, en mi lengua una sensacion amarga y duradera y en mi estomago el vacio de lo imperceptible, que solo podía compararse con la sensacion propia de aquella noche, ordinaria, y previsible como la vida, sobretodo cuando no sabes a donde vas y nadie tiene el valor de acompañarte.
El silencio era idéntico en cualquier lugar, esa ya era de por si una mala señal, el viento se apretaba contra mi pecho, y me hacia arder los ojos. Tal vez toda esa era una intuición, demasiado fuerte como para ignorarla, pero supongo que no sentí nada que me hiciera preveer el terminar de aquella noche inolvidable.

Recuerdo que, una vez más, estaba demasiado separado de este mundo y tan metido en el mio que poco me importaba las nimiedades del frió y del hambre, que en ese momento reclamaban a mi cuerpo.Sin embargo debo decir que no paso mucho tiempo después de ver su reflejo dibujado en aquel cristal oscuro que tantas veces había hecho de mis ojos para que yo empezara a darme cuenta que algo había cambiado en aquel lugar.
Tal vez era el destino, o tal vez solo iba jugando conmigo el azar. Y es que a veces se parecen tanto, que nos gusta pensar que es mas el primero y que el segundo, sin darnos cuenta de que ambos son solo formas que tiene la vida para dejarse vivir. Quizas por ello se les confunda tanto.
Apareció de la nada, como una sombra, o como un sueño,igual de imperceptible, igual de intimidante, y siempre igual de hermosa. Simple, violenta, y tierna.
Entonces disfrute de estar allí, disfrute de ella, de esa distancia inamovible , y de ese deseo extraño de absolverla de la soledad de ese segundo, y prestarle la mía, y que ella me preste su mirada un instante. Si, eso hubiera sido suficiente.
Es una mujer clara, que va jugando en un rincon de mi vida, un rincon insospechado, es cierto, pero sin lugar a dudas hay un lugar dentro de ella que le pertenece, no se muy bien por qué, quizas porque el brillo de sus ojos la conquistaron, o tal vez porque su ternura me conquistaron a mi de apocos. O porque mis ojos aun no han aprendido a mirarla mas alla de ese segundo , ni mi sonrisa ha aprendido a acompasarse con su alegría.
Quiero verla... pero es cierto, muy en el fondo se que su ausencia me deja espacios que debo llenar con una promesa apocrifa... de que volverás.
Hasta entonces prometo preguntarme por ti de cuando en cuando, e intentar explicarme por qué no eres perfecta, y porque apesar de todo me gusta sentirte como una parte de mi vida y como la totalidad de mi sueño...

viernes, 9 de abril de 2010

Monologos y despedidas de Medianoche

Tranquila… hoy nos separa una ciudad, no debes temer, porque además de eso lo hace también ese espacio entre tu silencio, y mi voz, el mismo que siempre estuvo allí el que creo que al final termine conociendo demasiado bien.
Se lo dije con los ojos… lo recuerdo, todo eso y más. Lo mejor de todo es que no me sentí culpable por hacerlo. La verdad es que no sentí nada, no me lo esperaba, pero no miento. Talvez fue por eso que, por primera vez, supe que no jugaba con una contradicción. Simplemente aprendí que hay cosas que no volverán a donde nunca quisieron estar...
Hoy desperté pensando en lo sencillo de las despedidas, y recuerdo que me reí de mi mismo y de mi absurda ingenuidad.
. No hay pena, debo decirlo, pero a pesar de todo, en medio de ese silencio mío, y en medio de esa mitad de esa noche (también mía de tantas formas) , pequeños espacios vacíos se quedaron flotando en medio de una certeza, una certeza como aquellas que llegan a solas, por el propio peso de su verdad.
Los ojos, al final, siempre dejan de ver lo que no existe en realidad
Doy vueltas en la noche con una sonrisa torpe, y sensata pegada a mi rostro, duele, pero es sincera. Necesaria; porque es cierto, las verdades son demasiado amargas como para negarles una sonrisa. Me levanto de la cama, los ojos me arden, el estomago me pesa, y siento frío, Me doy cuenta, entonces, de que a pesar de todo mi piel sigue siendo sensible, mientras unas ganas viscerales de volver a la cama me dicen que no es el momento para recordar…a estas alturas de mi vida este silencio ya no me es extraño, y esta luz de media noche es suficiente para ver simplemente lo innegable.
Todo eso esta bien por esta noche. Es suficiente. Es tiempo de volver a mi camino, Sin embargo seguramente una promesa me hará volver alguna vez, con ella y conmigo. Porque las promesas siempre son pretextos para mirar atrás Aunque se mejor que nadie que para esos días no seré yo el que vuelva; ni ella será ella, ni el amor será amor. Porque todo eso se convertirá entonces en una excusa, dulce y tonta como juego de niños, y que solo no servirá para vernos y preguntarnos: ¿Cómo te ha ido?, aunque al mirarnos ya lo sabremos todo, y el escucharnos, y el tocarnos será solo para saber cuanto hemos cambiado desde entonces.

Pero hoy, tranquila, hoy nos separa una ciudad, y su niebla y su ruido, y la forma en que te vas. Y la forma en que yo decidí no estar.

Sigue siendo media noche, las luces están intactas, pero mis ojos ya no ven igual, y las palabras siempre son las mismas, si, al final, siempre son las mías.

Termina el día, y después de tanto tiempo yo ya no tengo mas que preguntarme, porque ella ya no tiene nada que decirme, o porque no me importa creerle.

Es ya mas de media noche.. y se que podré echarme a dormir tranquilo, el silencio es sincero, finalmente...

He dejado de oír tu corazón...

viernes, 19 de marzo de 2010

Adioses Tácitos

No es siempre un adiós lo que hace una despedida...
Me voy acordando de ella de una manera extraña, casi forzada, y me voy olvidando de ti de tantas maneras. Supongo que ya no puedes contar conmigo. (Siempre soy yo el que se va, y es así como quiero que sea).
Tengo la necesidad de tantas cosas. De tantos olvidos y de tantas despedidas. Es allí donde ella aparece, temerosa e indecisa. y es allí donde me muestra un camino conocido, que siempre termina por acompasarse a mi silencio y a lo que hace mucho ya se.
Al final de cuentas siempre termino olvidando lo necesario, no demasiado porque quiero dejar espacio en tu historia para una historia más, que esta vez se cuente a mi manera, con los tiempos exactos, los acordes correctos, y los silencios necesarios.
No quiero dejarla de lado, aunque no me parecería injusto hacerlo, es solo que hoy la necesito para no sentirme aburrido viendo los mismos ojos a diario.
Se que me olvidaré de tus fotografías mañana, aunque es cierto, también, que quizás tu sonrisa lleve un poco más de tiempo. Pero es igual, todo termina siendo como debe ser, todos nosotros terminamos estando en donde debemos estar. ¿Entonces solo debo esperar para que encuentres tu lugar lejos de mí?
La respuesta me es esquiva, y tan obvia a la vez.
Siempre habrá unos ojos negros a los que no me gustaría ver llorar.
Tú, has sido tantas veces tú. En tu absolutismo intermitente. Dentro de mis manías, y dentro del absurdo devenir de mis ilusiones.
Y ha sido ella solo una vez, instantánea, precisa, y exacta, y es que tiene la piel pintada de los colores de mi pasión.
Los adióses absolutos son sinceros cuando se guardan en silencio, así que quizás hoy, en realidad, no haya terminado de decir todo lo que quiero, o lo que debo.
Pero espero que no haya tiempo para hacerlo, no quiero regresar a los mismos lugares tantas veces, hasta el punto que ya no me parezcan interesantes.
No quiero mentir, soy demasiado orgulloso para ello, no quiero dejarte ir, no quiero descubrir cada noche tu espalda frente a mi. Y cada mañana preguntarme donde estas .No quiero que me dejes de amar. Pero quiero también dejarme vivir...

martes, 9 de marzo de 2010

Reencuentro...

Siempre es bueno volver a empezar, y no esperar nada al final de cada tarde, siempre es bueno un momento contigo, y a veces conmigo. Porque nunca hay olvidos demasiado gratos, ni adióses demasiado largos como para olvidarnos de las personas que nos han ayudado a vivir. Siempre todos es como es.

Me gustaría llamarte esta noche, oír tu voz después de tanto tiempo, y recordarte y que me recuerdes un poco e imaginar tu sonrisa al escucharme, pero también quiero hacerlo para saber cuanto a quedado de aquel tiempo en ti y en mi.

Me gustaría volver a vivir tantas cosas. Aunque ahora la inocencia de esos años esté de más.

He cambiado, no te imaginas cuanto, es gracioso pero si no hubiera encontrado tu teléfono en este cuaderno de escritos, creo que habría olvidado que escribía, y sobre qué, y por qué lo hacía. Me hubiera olvidado de mi. Pero tu te hubieras quedado allí, en ese mismo lugar donde te dejé para que, según yo, seas feliz, y donde, según tú,volvería a buscarte, lejos de estos recuerdos tan triviales, de risotadas tontas y tristes, y tantas otras cosas que he ido olvidando. Tenías razón he vuelto a buscarte, sin intención, sin derecho, sino con el simple deseo de ver cuanto ha quedado de nosostros dos. Y sobretodo saber cuanto espacio queda aún para lo que nos rodeó.

He terminado la tarde pensando en ti, y tú has terminado mi noche con tu silencio al otro lado de este teléfono. sé que es injusto, pero no me lo esperaba.

Me gusta tanto acordarme de ti, me gusta tanto no dejarte ir y que al terminar mi dia me rescates un poco de esta soledad que nunca en realidad conocí.

Lo sabias. Volvería. Eres tú la que no sabía donde podía terminar.

La vida contradice nuestros anhelos, pero nunca nuestro destino.
Me hubiera gustado decirte tantas cosas, pero creo que hace mucho que están de más.
Adios y buena suerte. Disculpa, mi sinceridad no da para más...

lunes, 22 de febrero de 2010

Totus animadverto Suscipio per Somnium

Son tan reales las sensaciones que nos deja un sueño, que es duro hacerse a la idea de que tan solo pueda ser un deseo, tal vez porque de esa forma es la única en la que podemos hacerlo propio, y real, solo un tanto, y solo un poco mas. Y hablo hoy de un sueño de tantas maneras, pero es a la vez de una sola manera de la que se puede hablar, irreal, tan irreal que nos lleve a creer que es posible.
Es extraño, hoy le escribo a una mujer que no existe, y que vive en algún lugar lejano, tan dentro de mis deseos que me hiere saber que tal vez solo se quede allí, y que no llegará a existir, aunque este dispuesto a buscar por todos los caminos.
Casi podría empezar a quererla ya, pidiendo prestados a mi imaginación los rostros más bellos y los corazones mas sencillos, aunque muy en el fondo sepa tantas cosas ya, y desde hace tanto tiempo, que sea solo cuestión de tiempo antes de que cualquier sueño caiga bajo el peso de su propia irrealidad, y de mi intolerante deseo de darle a todo una razón.
Los sueños empiezan siempre deshilvanando una parte de nuestro propio destino, porque creo que es también una parte de nuestra propia vida.

No lo sabia en ese entonces, lo admito, cuando la soñé. O deba decir tal vez, y más sinceramente aún, que no creía en ello.

No recuerdo nada más sobre aquella noche, pero qué importa si la pregunta al final de ese sueño fue lo único real de mi vida en aquel instante, y de alguna manera lo es hasta ahora. La fantasía absoluta de un deseo, el deseo innegable de una vida, y al final, como siempre, el frió incesante de una noche que rebota sobre ese silencio que me dejó seguir soñando con los ojos abiertos; no, esa noche el frió no importaba, si no solo guardar silencio.


La vi dando vueltas a mi alrededor, en medio de ese día en blanco y negro. Jugamos juntos a que todo era distinto. Nos reímos de tanto, sobretodo de lo real de ese sueño. y seguimos andando a paso lento por algún lugar que no conocíamos; abrazados y enmudecidos. Era extraño como fuimos dando vueltas en el mismo lugar y con la misma sonrisa, era extraño como sentí su piel, sus labios y su risa, y como sentí también su amor en medio de la sincera oscuridad de esa noche que siguió flotando sobre mí, allá afuera, sin que yo siquiera me diera cuenta. Fue extraño pero jamás fue una mentira.

De pronto, recuerdo que sus ojos cambiaron, que su sonrisa se desdibujaba inmóvil en sus labios, siempre pensé que, intentar disimular algo era la manera más obvia de confirmarlo, y, entonces, tampoco se me había olvidado. y supe que ella se iría, que muy pronto yo estaría de nuevo en la misma cama, con los ojos abiertos, y con la noche por todos lados, y sobretodo con la tan conocida sensación de desazón y desconcierto que deja todo aquello que no ha sabido cuando terminar, y se ha adelantado toda una vida en hacerlo.

Entonces camine lento, ella me jaló del brazo, me adelanto, dio vuelta, y sonriendo me tomo de las dos manos. Entonces me pregunte cuan bella sería ella si existiera de verdad, pero entonces supe que la brevedad de mi sueño, era la más sincera eternidad de mi felicidad, y que no sabria nunca como sería, si esto no fuera como es ya.

La serenidad se apoderó de mi extrañamente, quizás porque siempre supe lo que pasaría finalmente. La mire a los ojos y en una forma desesperada de saber cuan real había sido todo esto "¿Te volveré a ver?" pregunte...

Mis ojos se abrieron y en medio de la oscuridad aún podía ver su ultima sonrisa, mientras que su recuerdo se iba cuajando en mi mente.

Comprendí entonces que las sombras no pueden compararse con las oscuridad, comprendí que las distancias se acortan entre los sueños siempre un poco más cada vez, y comprendí, tambien; cuán breves son los espacios que nos deja su sensación en el cuerpo y lo eternos que son en realidad.
La única regla la puso esa noche ella, y podría asegurarle que no la he quebrantado hasta ahora, el único problema es que he ido soñando tambien tantas cosas, y el dolor se ha ido fermentado un poco en el espacio que dejó en mi realidad, el espacio de una promesa extraña que le hice a una parte de mi. Porque los sueños son promesas que le haces a tu alma, y que siempre sabran la manera de volver a ti... Porque las noches son tan parecidas...

... Y yo la sigo buscando...