miércoles, 20 de julio de 2011

La Lluvia y La Cuidad ( y tal vez Yo)

Esta noche sigue lloviendo de la unica manera que sabe llover en esta ciudad; con rafagas de caricias heladas, con puntas invisibles que se clavan en tu ropa, en tu pelo, y en esa pupila que brilla y tiembla al compas de la memoria... de mi memoria...  y a lo largo de esta noche y de este andar extraño, me voy dando cuenta que cada  quien aprende lo que debe de esta lluvia que cae de la misma forma cada día, y también cae diciendo tantas cosas a la vez... entonces entiendo aquello de que el cómo y el por qué empiezan en un mismo lugar, a dónde vayamos a parar depende las preguntas que creamos que son correctas de hacer...mientras tanto la lluvia seguirá cayendo.. y esta cuidad seguirá siendo la misma... y todo seguirá un poco torcido hacia el olvido, y yo... yo solo espero hacerme un recuerdo grato... un espacio en medio de esta lluvia que no para de caer.

A veces pienso que la felicidad se parece mucho a las lluvias de invierno en Lima; o tal vez simplemente sea que mi felicidad está en dar caminatas sin agotarme, en el frío, en lo claro oscuro de las calles, en la soledad de las aceras, y en los faroles a media luz; en la niebla que pinta las distancias de un color distinto... tal vez mi felicidad comience en aquello que pocos puedan entender, en la lluvia , en el dolor subliminado, en la poesia, en el silencio sin sentencia,en la melodía, en esconderme, en encontrarme, en reencontrarme, en perderme, en que me llamen, en que me abracen, en que me olviden, en que no necesiten mi nombre, sino que sepan  lo que callé y por que lo hice; tal vez mi felicidad está en que siga lloviendo frente al mar ...  no lo he podido saber todavía... La felicidad es extraña de alcanzar, fácil de olvidar, y difícil de entender...  

La lluvia y la ciudad parecen ser lo único que no se contradicen en esta noche,  siguen estando en un mismo lugar, se mueren y se callan para siempre, y siempre de la misma manera, en medio de un susurro extraño, obsesivo y perfecto, en medio de reflejos desdibujados de hombres sin edad,  lo pienso mientras me sigo preguntando tantas cosas a veces tan difíciles de explicar y otras con tan poco qué decir que se me quitan las ganas de estar aquí, frente a este escritorio y frente a mi mismo...  aunque la necesidad sea la misma en todas esas veces.... pero por una extraña razón siento que tal vez al final lo cierto es que se me va haciendo costumbre la soledad...

Ha pasado una hora, y allá afuera sigue lloviendo igual, formándose siempre un horizonte vertical, y sigue tiritando la hierba, mientras la tierra va tomando aroma a bondad; pero aquí todo es distinto, se añeja mi silencio, se duerme mi hastío, completamente mio... pobre abismo...

La felicidad... mi felicidad... es como la contradicción del calor en el frío...   

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