miércoles, 6 de marzo de 2013

TRANSAZUL... (Post 93)

Creo que hoy aprendí que el destino es un gran silencio infantil, un cuento escrito en las lineas de una tempestad. El destino es como un ave de mar...
Nada es inquebrantable dicen... es tan solo que, a veces todo se parece tanto a una ultima tentación, que mucha veces es solo esta ultima intensión... y entonces es mejor inventarle, hasta al amor, la inmortalidad

Y en el ultimo instante, un simple transazul vestido del amanecer,   breve como un poema, hace que mi imaginación se empape de tu amor, simple como tu desnudez, leve como los susurros de esta quietud...

No quiebres la luz...no quiebres tu inocencia de algunos días....al fin y al cabo el amanecer es un espacio en el que siempre vale la pena tener uno de aquellos sueños de caleidoscopio...
Uno de esos sueños que van hipnotizando el mar.

Triste  transazul...  ese que el espacio de su mirada solo alcanza para el sueño de un segundo... triste transazul  encuentrame en algún lugar como jugando... esta noche quiero quedarme jugando con la brevedad... con su sonrisa... con el olvido... con mi batalla... esta noche estoy un poco más... transazul...

Esta noche tiene la misma longitud que mis deseos, y el mismo espacio que deja detrás de tu ventana este amanecer tan lejos de mi...

A veces quiero imaginarte desnuda mientras el tiempo deja en tu piel tantos atardeceres a contra luz.
Quiero quedarme al borde de aquellas sombras, porque al fin y al cabo solo yo soy ese transazul desnudo y torcido hacia la realidad, y hacia el frio.

A veces solo soy un transazul que se descuelga del aire hacia tu voz, hacia ese espacio de tu vida donde viven los recuerdos de tu vientre.

 Esta noche odio un poco el destino, odio un poco los anillos de las culpas de mi alma, los espacios que dejamos pendientes en esta forma extraña que nos tocó del amor.

Es cierto,  a veces la nostalgia también suena como el peor de los silencios, donde marcas tus pasos, donde la pasión es una molestia para la piel, donde el beso es una herida, donde el amor es solo sed.

Quien diría  que un día cualquiera terminaría por creerte, un día de esos ordinarios, un día donde te esperaba, o te buscaba,  o donde el olvido y la confusión me hacían creer olvidarte. Quien diría que
entre nosotros la vida aprendería a contar historias de amor... sin amor, quien diría que terminaría por creerte ese es espacio de mi vida que nunca existió; quien diría que terminaría por creerme ese vértigo en tu vida, construido un poco de sarcasmo, un poco de bondad; o esa historia que me  contaste una tarde de aquella vida tuya a la que no entendí jamas.

 Pobre transazul que recuerda de golpe la única vida que nunca quiso olvidar;y  por la que descubrió
  al fin, lo duro que le pega el tiempo a la intención del olvido.

   Entonces cerré los ojos, me parapeté detrás de mi espalda y mientras iba redescubriendo el significado de partir, entendí que siempre me dolería la convulsión de la confusión, el eco de su voz en mi oído, y aún más el estruendo de su silencio en mi dolor.  
No se si dejar de decir la verdad es mentir; solo se que alguno de los dos mintió en el momento exacto, en el lugar preciso, con la razón equivocada, con las palabras perfectas, y con el silencio y el corazón desbaratados.

Transazul extraño, transazul incógnito, desolado, y libre, nadie dijo que ella te recordaría esta noche ni ninguna otra, solo dijimos que tal vez, alguna vez mintió por ti, mientras quizás solo trataba de convencerse de alguna otra cosa; mintió y te acaricio, y te regalo en un instante su historia y su soledad, te regalo también su llanto y su voz; su miedo; desencanto y un instante más, te regalo todas las sensaciones del mundo, y lastimosamente el amor no es una sensación.

Transazul extraño solo te queda regalarle la inmortalidad...

Porque al final es solo un transazul,  dormido sobre alguna triste simetría del alba... alguna de esas simetrías sin sueños que caben en una sola palabra...         

No hay comentarios: